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The smashing machine cartel reducido teaserThe smashing machineDirigida por Benny Safdie
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Acerca de la producción
Del guionista y director Benny Safdie (Uncut Gems, Good Time) llega una nueva película sobre el luchador vanguardista, incluido en el Salón de la Fama de la UFC, Mark Kerr; una biografía deportiva de mucha presión y un espectáculo conmovedor intenso que transporta a los espectadores al inicio de una nueva era que se centra en el luchador más fuerte que jamás haya visto este deporte desde la cima de la fama hasta el fondo del abismo y la vuelta a la cima.

Dwayne Johnson, quien encarna al hombre y la máquina en el apogeo de Kerr como luchador, muestra cómo la leyenda de la UFC dominaba a sus oponentes dentro del ring octogonal mientras fuera de él luchaba contra una dependencia de los analgésicos que casi destruyó lo que había logrado como atleta. El hombre que nació para luchar se ve llevado al límite en su relación operística e intensamente devota con el amor de su vida, Dawn Staples-Kerr (Emily Blunt), a medida que sus discusiones se intensifican hasta convertirse en fuertes peleas que pueden escucharse a dos casas de distancia.

Johnson, cuya propia carrera como luchador bajo el nombre de ‘The Rock’ comenzó después de que su padre se convirtiera en uno de los primeros campeones negros en la historia de la WWE, obtuvo los derechos de la historia de Kerr y se propuso llevarla a la pantalla. Cuando le presentó la idea de la película a Safdie, el cineasta rápidamente pensó que Johnson era el único actor que podría someterse a la intensa transformación física que el el papel requería y aportarle ese entendimiento íntimo y vivido de los altibajos públicos y privados de la vida en el ring.

En torno a esta singular interpretación, Safdie da vida a los primeros años, poco respetables, de las peleas extremas, desde los pequeños recintos del sur de Estados Unidos con escasa afluencia de público, donde Kerr compitió por primera vez, hasta los Pride Fighting Championships en Japón, donde decenas de miles de aficionados se reunían para ver a sus héroes enfrentarse bajo las brillantes luces.

Basada en un documental de 2002 sobre Kerr, así como en entrevistas con otras verdaderas leyendas de la lucha, tanto del pasado como del presente, The Smashing Machine es un retrato dedicado a una persona cuya fuerza y fama amenazaban con eclipsar su personalidad, mientras luchaba por alcanzar la grandeza y trataba de evitar que los cimientos se resquebrajaran bajo su peso.

El reparto de la película incluye a una gran cantidad de actores noveles que aparecen junto a Johnson y Blunt, entre ellos el rival convertido en entrenador y mentor de Kerr, Mark Coleman, interpretado por el artista marcial mixto Ryan Bader, y los temibles adversarios y colegas de Kerr.

The Smashing Machine es también una historia de amor poco convencional sobre dos personas de carácter intensamente fuerte, Mark Kerr y Dawn Staples-Kerr, cuya pasión y combatividad estallan y hierven a fuego lento: volcánicas pero inseparables. Safdie filma sus enfrentamientos como una versión verbal de luchadores en el octágono, con maniobras psicológicas, cambios tácticos y golpes bajos. Pero, contra todo pronóstico, el amor de la pareja perdura. En un mundo ferozmente competitivo, lo único en lo que realmente pueden confiar es el uno en el otro.

“Cuando recibí la llamada sobre este proyecto, no podía creer que en verdad fueran a hacer una película”, confiesa Mark Kerr. “Más tarde, al contar con todo el poderío estelar de Dwayne y Emily, y con Benny como director, y la participación de A24, sentí una increíble sensación de orgullo, gratitud y humildad. Este increíble elenco de personas estaba dispuesto a abordar este tema complejo, que era yo en aquel momento. En el proceso se hizo una película, pero también formamos una familia”.


Cómo construir una Máquina Aplastante
Desde sus orígenes como un proyecto apasionante para la estrella y productor Dwanye Johnson, mediante el largometraje de A24 del guionista y director Benny Safdie, el reparto y el equipo de The Smashing Machine se unieron en torno a cuatro palabras: “Lo más real posible”. La frase proviene de un eslogan que tenía una remera que la esposa de Safdie, Ava, le había regalado como inspiración. Todos los involucrados en la producción se tomaron muy en serio ese eslogan.

El viaje comenzó cuando la estrella Johnson vio un documental de HBO de 2002 titulado The Smashing Machine: The Life and Times of Extreme Fighter Mark Kerr. “Vi el documental por primera vez en 2008 o 2009”, comparte Johnson, “y me conmovió profundamente”. Decidido a desarrollar el proyecto él mismo, el actor y productor compró los derechos del documental a través de su empresa Seven Bucks Production, fundada en 2012, antes de ponerse en contacto con el propio Mark Kerr.

Los detalles de la carrera deportiva de Kerr por sí solos eran lo suficientemente fascinantes como para hacer una película deportiva apasionante. Nacido y criado en Toledo, Ohio, de padre irlandés y madre puertorriqueña, Kerr se convirtió en campeón de la División 1 de la NCAA, ganó medallas de oro y plata en la Copa del Mundo y una medalla de plata en los Juegos Panamericanos, todo ello antes de convertirse en campeón mundial de lucha libre de la ADCC.
En su alma máter, la Universidad de Syracuse, Kerr acumuló más honores, convirtiéndose en tres veces campeón de la Asociación Interuniversitaria de Lucha Libre del Este. Irrumpió en el entonces incipiente mundo de las peleas extremas a finales de la década de 1990, después de conocer a dos de sus primeras estrellas, Tom Erikson y Mark Coleman, que se convirtieron en sus compañeros de entrenamiento. Kerr pasó a convertirse en dos veces campeón del torneo de peso pesado de la Ultimate Fighting Championship, ganador del torneo del Campeonato Mundial de Vale Tudo y competidor del Pride Fighting Championship.

La vida personal de Kerr era inestable y comenzó a desmoronarse a medida que la estrella ascendía. Se volvió adicto a los analgésicos como forma de controlar el dolor causado por años de entrenamiento implacable y lesiones de combate, y su relación con su novia de toda la vida, Dawn Staples, interpretada en la película por Emily Blunt, también se vio afectada. Finalmente, se recuperó y en el año 2000 se casó con Staples, tuvieron un hijo, pero quince años más tarde se separaron, cuando Kerr trabajaba en una concesionaria Ford.

Johnson quería retratar todos los aspectos importantes de la vida de Kerr, incluyendo su adicción y recuperación, las brutales discusiones de la pareja durante sus años oscuros y la intensa atmósfera y los vívidos detalles que definen la cultura de las peleas extremas, un deporte ilegal que inicialmente se consideraba demasiado grosero y violento incluso para países que llevaban más de un siglo enviando boxeadores y luchadores a los Juegos Olímpicos.
En 2019, Johnson contactó a Benny Safdie para que dirigiera el proyecto, después de ver Uncut Gems, el aclamado thriller urbano sobre otro tipo de adicción: las apuestas. Safdie codirigió dicha película con su socio habitual en la escritura y realización, y hermano, Josh Safdie. El dúo, que ahora trabaja por separado, se hizo famoso por crear personajes originales que permitieron a actores como Adam Sandler, protagonista de Uncut Gems, y Robert Pattinson, protagonista de Good Time, desarrollar aspectos de su talento jamás vistos anteriormente.


Entrevista a Benny Safdie
P: ¿Qué fue lo que te cautivó de la historia de Mark Kerr?

R: Dwayne fue quien me presentó la historia. Me contactó en 2019, creo, con la idea de hacer esta película. Cuando vi el documental sobre Mark instantáneamente me enamoré de él, ya que no podía creer que alguien así existiera. Había algo en él que sentí como que lo entendía.

P: ¿Qué era?

R: Creo que era el hecho de que estuviera lidiando con muchas cosas y tenía que fingir que no era así, por el tipo de trabajo que hacía. Sus emociones, su complejidad y su naturaleza intelectual parecían estar en contradicción con lo que era en el ring, una especie de espécimen enorme, físico e increíble. Las dos cosas parecían sumamente contradictorias.

P: Me pregunto, ¿cómo haces para conciliar ambas cosas?

R: Era casi como si, cuando Mark estaba fuera del ring, ocultara esa parte de sí mismo que se veía en el ring. Como una especie de desconexión. Era muy dulce y amable, y su forma de hablar era muy musical y hermosa. Había algo que me resultaba interesante en lo que ocultaba y en su habilidad para sonreír y fingir que todo estaba bien hasta que ya no pudo más.

P: Nadie sabe por lo que has pasado hasta que se lo cuentas.

R: Dwayne también lo entiende. Yo sabía que Dwayne veía en Mark exactamente lo mismo que yo. No es muy común que instantáneamente sepas que la otra persona está pensando exactamente lo mismo que tú. Eso simplemente me hizo pensar: “Hay algo acá que puede suceder entre nosotros. Dwayne y yo podríamos hacer algo con esto”.

P: Es interesante que en la película pasemos tanto tiempo en los vestuarios, casi tanto como viendo las peleas.

R: Según me contó Mark, existe un profundo respeto y una profunda hermandad entre ellos. Hay amor y afecto, algo que me pareció realmente interesante y hermoso. Yo había practicado boxeo por mi cuenta. Alguien te está dando una paliza tremenda, trompeándote, pero al final, le dices: “Gracias”. Hay algo maravilloso en saber que la persona con la que acabas de pelear te ha dado más que a cualquier otra persona. Es difícil explicar el vínculo que se crea. No hay nada igual.

Los luchadores sienten empatía entre ellos. Sabes que ellos no quieren lastimar demasiado al otro, existe la rendición. Es como: “Te voy a romper la pierna. Ríndete”. Le están dando la oportunidad de rendirse, y eso está bien. Es muy diferente al boxeo.

P: En cuanto a Dwayne, hubo una verdadera transformación. Además, parece que intentaste asegurarte de que el aspecto físico de los luchadores fuera el que habrían tenido a principios del milenio.

R: Para mí era muy importante que el cuerpo de Dwayne pareciera del año 2000. La forma en que la ropa le sienta es muy diferente a cómo le sienta a alguien con un físico similar hoy en día. Desde el principio, le dije a Dwayne, “Tienes que verte más inflado. No más grande, sino más inflado”. Me respondió, “Sé perfectamente a qué te refieres”. Se metió de lleno en el papel. Cuando vemos a Dwayne caminando en la primera escena de la UFC, tiene esa cintura estrecha y esos trapecios enormes. Teníamos que lograr ese aspecto porque Mark también era luchador. La delgadez de sus piernas y su cintura es muy característica de esa época. Ya no se ve eso. Dwayne trabajó muy duro para conseguirlo.

Mark me contó que se despertaba a mitad de la noche, alrededor de las cuatro de la madrugada, cocinaba una o dos pechugas de pollo en el microondas, se las comía y se volvía a dormir. Cuando eres Mark Kerr, comes todo el tiempo.

P: ¿Cómo entró Emily Blunt en tu órbita?

R: Empecé a pensar en pedirle a Emily que interpretara a Dawn inmediatamente después de conocerla, [cuando estábamos filmando Oppenheimer]. Sabía que ella y Dwayne eran amigos.

Luego vi imágenes de ellos juntos, no en películas, sino en la vida real, y vi que ellos en verdad se querían y deseaban que el otro alcanzara el éxito. Se notaba. Siempre supe que la relación entre Mark y Dawn en la película era complicada. Se necesitan dos actores con una base sólida, para que cuando llegue el caos y esa base se rompa y se separe, el efecto sea devastador.

P: ¿Qué te contó Mark sobre su adicción y recuperación, y sobre su matrimonio?

R: El proceso de recuperación fue muy profundo para él. Realmente cambió su perspectiva para mejorar como persona. Y decía cosas sobre sí mismo brutalmente honestas, como “Yo no era una buena persona”. Me llamó mucho la atención oírle decir eso, porque he tratado con narcisistas antes y ellos no son así. Nunca se responsabilizan de nada. Cuando piden perdón, dicen: “Siento que te hayas sentido así”. Eso es muy diferente a decir: “Lo siento. Estuve mal y realmente me siento mal por ello”. Si alguien lo dice de verdad, es lo mejor del mundo.

P: ¿Emily consultó a Dawn cuando estaba preparando su interpretación?

R: Sí. Cuando Emily habló con Dawn, entendió lo que sentía y cómo lidiaba con las situaciones. Emily fue muy clara, dijo: “No voy a poder hacer esta película si no hablo con ella. Necesito hablar con ella sobre estas cosas”. Se trata de personas reales; personas reales con sentimientos y emociones reales.

P: ¿Cómo describirías tu relación con el verdadero Mark Kerr?

R: Fue extraño, porque, al igual que con Dwayne, sentí que había algo, un entendimiento implícito entre Mark y yo; como Guau, nos entendemos de una forma muy extraña. No sabía cómo explicarlo, pero lo sentí, y sinceramente sentí que podía confiar en él y que él podía confiar en mí. Lo mismo ocurrió con Mark y Dwayne. Mark empezaría a recordar las peleas que tenían su madre y su padre cuando era más joven, y en cierto modo eso se trasladó a su interpretación con Dawn, ya que era un elemento con el que todo el mundo podía sentirse identificado.

P: También hay que hacer cambios a los cuerpos de todos los luchadores cuando se lesionan en el ring. ¿De qué modo los efectos especiales de maquillaje entran en juego?

R: Teníamos diferentes orejas, ojos y narices para las distintas partes de una pelea. Nuestra maquilladora de efectos especiales, Maiko “Mo” Gomyo, tenía diferentes pelucas para cuando Mark sudaba para que el cabello pareciera más fino cuando sudaba que cuando se despertaba y se arreglaba para arrancar el día.

P: ¿Por qué nunca filmaste desde los otros dos lados del ring?

R: Porque hubiera sido desorientador. Como editor, quería que el espectador pudiera entender en todo momento dónde se encontraba mientras veía la pelea. Dividimos las peleas en secciones. En cada una de ellas había puñetazos, patadas y derribos. Nos basamos en lo que pensamos que era la cantidad máxima que los intérpretes podían soportar en una sección. Las peleas eran muy agotadoras, fue sumamente difícil filmarlas.

P: Entonces, cuando filmas las escenas cronológicamente, ¿estás liberando a los actores de la responsabilidad de recordar qué hicieron o cómo se sintieron en el momento anterior, que es algo que tienen que hacer cuando una escena se filma fuera de secuencia?

R: Sí, exactamente. Y eso es exactamente lo que hice con las escenas de discusión. Les daba indicaciones como: “Uds. no quieren tener ninguna discusión” o “Uds. quieren tener una discusión, ¿cómo se siente?”. Era la misma idea que en las escenas de pelea. Esos golpes, los golpes verbales, iban y venían, pero en algún punto, como en una discusión o en una pelea, uno olvida cómo empezó todo. Llegas a un punto en el que solo estás enfadado y dices lo que sea que quieras decir, y gritas. Y finalmente, sacas esa carta que se supone que nunca debes jugar. Y cuando eso sucede, todo cambia.

La otra cosa que quería decir aquí es que nosotros construimos esa casa, es una escenografía. Esta escenografía se construyó específicamente para poder grabar esas tomas en la casa con dos cámaras al mismo tiempo. Si mueves una de las cámaras medio centímetro, se ve la otra cámara al otro lado. Quería tener la posibilidad de esconderme allí, para que los actores ni siquiera sintieran mi presencia, ni la presencia de las cámaras. Toda la iluminación se hizo desde afuera y estaba toda en una parrilla, como en una producción teatral, para que pudiéramos hacer lo que quisiéramos, y ellos tuvieran mucha amplitud para moverse y aun así nos permitiera captar las tomas y que estuvieran bien iluminadas.

Lo mismo en el ring. Todas esas luces están fijas.

P: ¿En las escenas de discusión también utilizaron lentes de largo alcance como hicieron en las secuencias en el ring?

R: Sí. Teníamos lentes de largo alcance, pero yo era muy consciente de que se trataba de una cámara sostenida con las manos, lo que significa que no se puede acercar demasiado el objetivo, ya que entonces la imagen se vería demasiado borrosa. Hacíamos una toma y, si nos parecía que habíamos acercado demasiado la imagen, la descartaríamos. Maceo Bishop, el director de fotografía, sirvió de operador de cámara. Él y el otro operador, Matthew, vieron muchos documentales con nosotros. Sherman's March y The War Room sirvieron de gran influencia.

P: ¿Estoy en lo cierto al pensar que evitaste el cine subjetivo cuando están en el ring? Ya sabes, como en Raging Bull o incluso en Rocky, donde tiran golpes directamente a la cámara, o pasan a cámara lenta para mostrar un nocaut.

R: Así es. No hago nada de eso. Lo filmé como si realmente estuviera sucediendo, aunque, por supuesto, tenía la ventaja de saber lo que iba a pasar. Solo hay un momento en el que te acercas [a Mark Kerr], y es cuando está perdiendo al final. Ahí sucede algo subjetivo. Pero sentí que, en ese momento, la película se lo había ganado.

Le dije a nuestro director de fotografía, Maceo Bishop, que los camarógrafos tienen acceso a la segunda o tercera fila en la pelea. No tenemos acceso a la primera fila. Por lo que deben abrirse paso a empujones para conseguir la toma. La forma en que nos manejamos con los actores secundarios fue la contraria a cómo se suele trabajar con ellos. Se suponía que debían actuar como si no les importara que estuviéramos filmando. Se movían de aquí para allá y nos empujaban, por lo que teníamos que abrirnos paso a empujones. A los actores secundarios les dijimos: “No se aparten del camino de los operadores de cámara, dejen que ellos se abran paso entre Uds.” Maceo estaba literalmente usando la cámara para abrirse paso entre la gente.

Hay un momento, en la pelea final, en el que Maceo finalmente logra pasar entre la multitud, se dirige directamente al ring, y yo le digo: “Puedes pasar al otro lado de la cuerda”. Así que se metió en el ring un poquito. Y le dije a Dwayne: “No vamos a cortar aquí”, y él respondió: “Perfecto, entonces me van a dar un puñetazo en la cara”. Le dijo esto al coordinador de acrobacias y al otro luchador le dijo: “Tienes que pegarme”. El tipo respondió: “No voy a hacerlo”. Dwayne dijo: “Tienes que hacerlo. El momento no va a causar ninguna sensación a menos que me golpees. Y es la única oportunidad que tienes para hacerme esto a mí”, porque, como se puede ver cuando mira hacia arriba después de la pelea, está destrozado. Tiene la cara toda golpeada, le han dado un rodillazo en el costado y está completamente aturdido.