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Vicky Cristina Barcelona cartel reducidoVicky Cristina BarcelonaDirigida por Woody Allen
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Vicky Cristina Barcelona es una película profundamente ligada al lugar en el que se rueda. "Cuando comencé a escribir el guión, no pensaba en otra cosa que no fuera crear una historia en la que Barcelona fuera un personaje más", afirma Allen. "Quería rendir homenaje a Barcelona, porque me encanta esta ciudad y porque me encanta España en general. Es una ciudad llena de belleza visual, su sensibilidad es muy romántica. Una historia así solo podría ocurrir en un lugar como París o Barcelona".

Cuando Vicky y Cristina (los personajes principales de la película interpretados por Rebecca Hall y Scarlett Johansson, respectivamente) llegan a Barcelona para pasar el verano, atraviesan etapas muy diferentes de sus vidas. "Vicky ya tiene un plan", comenta Hall. "Se va a casar, va a terminar su máster, va a dejar la ciudad y quiere tener hijos. Piensa que todo empieza a encajar como esperaba". Por el contrario, Cristina tiene todos los cabos sueltos: acaba de romper con su novio y ha dejado un corto en el que estaba trabajando durante seis meses (y que ahora odia). "Cristina es una especie de alma en pena", dice Johansson. "Su vida no tiene sentido y no sabe qué quiere en realidad. Está explorando su juventud sin responsabilidad alguna y va allá donde la carretera la lleve".

Allen percibe ventajas e inconvenientes dispares en los caminos que las dos mujeres deciden emprender en su vida. "Alguien que, como Vicky, es más de clase media tradicional, tiene lo que casi cualquiera consideraría una vida feliz", explica Allen. "Una vida más estructurada, más estable y sin problemas. Puede que no consiga ningún otro objetivo más allá de eso, pero disfrutará de la vida con su marido, que es una buena persona, y no querrá más. Por su parte, un personaje como Cristina tiene menos probabilidades de sentirse satisfecha consigo misma, ya que siempre busca algo más y solo sabe lo que no quiere. Pero por el contrario, tendrá un menú más variado donde elegir, hasta que quizás algún día tenga la suerte de que algo le caiga llovido del cielo".

En España, Vicky y Cristina son protagonistas de una serie de líos amorosos que implican a dos apasionados españoles, un pintor llamado Juan Antonio (Javier Bardem) y su fogosa ex mujer, llamada María Elena (Penélope Cruz). A pesar de estar perdidamente enamorados el uno del otro, siempre están en conflicto por razones que ninguno de los dos acaba de comprender. "Han intentado estar juntos muchas veces", comenta Cruz. "Siempre han acabado fatal, pero lo siguen intentando". El dolor por el fracaso de su relación pesa sobre Juan Antonio como una losa. "Es un hombre con una herida que tiene que cicatrizar", cuenta Bardem, "como persona, como artista y en su relación con María Elena. Es como si su cuerpo recibiera constantes descargas eléctricas por ello. Pero su forma de abordar los problemas es hacerles frente". La cualidad más destacada de Juan Antonio es su capacidad para hablar con total sinceridad en todo momento. "No es una persona ambivalente", afirma Bardem. "Por eso es tan directo. Necesita decir la verdad, lo que hace que otras personas pasen por momentos divertidos y también más duros debido a esta situación".

Mientras que Juan Antonio es una persona sensata y de trato relativamente fácil, María Elena es un tornado emocional, que pone en peligro a todo el que se interponga en su camino.

"María Elena es buena en todo; tocando el piano, pintando, pero la realidad es que no puede hacer nada con su vida porque está demasiado loca", comenta Allen. "Es demasiado pasional, demasiado emotiva y, en cierto sentido, su carácter le impide conseguir lo que se propone". Además, dice que "es demasiado celosa, está deseando clavarle un cuchillo a alguien porque cualquier cosa desequilibra su estado de ánimo". Penélope Cruz cree que el problema de María Elena es que no es feliz. "Sufre muchísimo. No le resulta fácil dominar su mente. Todo el caos que genera la desborda. No creo que sea algo que haga para llamar la atención. Es el resultado de estar totalmente confusa en muchos aspectos y muy asustada; y al mismo tiempo de ser muy valiente".

Los dos mundos de la película chocan cuando Juan Antonio se acerca a Vicky y a Cristina en un restaurante con una propuesta que tiene la firma inconfundible de su estilo directo: les pide que le acompañen a Oviedo, donde verán los lugares más turísticos de la ciudad, comerán y beberán bien, y harán los tres el amor. "Vicky piensa: '¿Quién es este horrible prototipo depravado de artista europeo?'", afirma Hall. "Quiere apartar a Cristina de él lo antes posible". Pero como la historia pone al descubierto, Vicky está equivocada en la opinión que tiene de Juan Antonio. Es un hombre muy poco común y su propuesta no es la burda insinuación que parece ser en un primer momento.

Según Bardem, "Juan Antonio se ve abrumado por la belleza y personalidad de ambas e intenta crear una relación diferente entre los tres. La sexualidad es una experiencia muy importante para él, pero no es el final: es el comienzo de algo mucho más importante. Tiene una manera muy distinta de ver la vida. Creo que, desde un punto de vista ético, no es justo con todo el mundo, pero la moralidad de Juan Antonio difiere de lo que algunos podrían esperar. Esa es una de las claves de esta historia". Bardem y Allen están de acuerdo. "No piensa con astucia", comenta Allen. "Es un tipo muy decente y para él hacer el amor es una parte más de la vida. Una parte agradable de la vida".

Mientras que están en Oviedo, Juan Antonio intuye que Vicky no debía de estar muy lúcida cuando se presenta. "Vicky aparentemente está con alguien", dice Hall, "pero está 'con alguien' un poco de boquilla; es algo así como 'dime de qué presumes y te diré de qué careces'. Es capaz de desear todo tipo de cosas, más románticas y más desenfrenadas; pero le resulta difícil asumir riesgos porque siempre ha sido ella quien ha llevado las riendas y no confía en sí misma cuando las cosas se le van de las manos. No sabe hasta dónde podría llegar su locura".

Allen cree que a Vicky le resulta complicado vivir con demasiada libertad. "Podría tratar de hacer algo más intrépido de vez en cuando, pero lo que desea en realidad es la seguridad de una vida menos arriesgada". Hall cree que la situación de Vicky pone de manifiesto una de las preguntas más importantes que la película hace sobre el amor. "Creo que Woody quiere adentrarse en la tensión que existe entre el amor en un mundo de ensueño y el mundo real", afirma. "Las cosas que vives frente a los sueños que tienes y lo que ocurre cuando esas fantasías se adentran en tu 'mundo real'".

En esta película, tal y como viene haciendo desde ANNIE HALL, Allen explora el éxito y el fracaso de las relaciones a través de la psicología de sus personajes, en lugar de a través de los factores externos que vemos en las típicas historias de amor de Hollywood.

"Todos somos son muy complejos, y es difícil mantener una relación porque cada cual tiene unas necesidades muy concretas", afirma Allen. "Si no se satisfacen esas necesidades, te contrarias. Es como dice Juan Antonio en la película, si te falta algún elemento, algo de sal o algo en tu alimentación, tomas vitamina A y C, niacina o hierro, pero si te falta algún otro elemento, por pequeño que sea, puede llegar a matarte. También puede tratarse de un elemento añadido que cambia esa química, como la presencia de un hermano, una madre, un mejor amigo, un jefe, un psiquiatra o un cambio de trabajo. En el caso de Juan Antonio y María Elena, los dos están siempre como el perro y el gato, a pesar de que están apasionadamente enamorados. Sin embargo, la presencia de Cristina en esta ecuación química hace posible de algún modo que su relación funcione. Dirigen buena parte de su afecto a Cristina, así como Cristina a ellos. Además, Cristina absorbe parte de la ira y de los enfados, o hace que sean menos acalorados".

Scarlett piensa del trío que "ven en el otro lo que no quieren ver en ellos mismos. Cristina es un colchón para ellos. El hecho de amarla los dos les permite comprenderse entre ellos sin que se consuma su relación". "Para María Elena es completamente natural y normal vivir con dos personas a la vez", comenta Cruz. "Y dentro de una situación que no es normal, se siente segura. Dado que está tan llena de contradicciones, eso tiene sentido para ella. Es una forma de pensar muy particular: no ve a Cristina como una amenaza para su relación con Juan Antonio. Al contrario, cree que aporta un equilibrio en su relación".

Es la tercera vez que Allen trabaja con Scarlett Johansson, tras MATCH POINT y SCOOP. "Cada cierto tiempo en mi vida profesional encuentro a una actriz con el tipo de talento que me inspira para crear papeles para ella", afirma Allen. "Es muy inteligente, sexy, tiene mucho talento y una gran variedad de recursos. Tiene un gran sentido del humor y me impresiona su capacidad para improvisar frases". "Creo que Woody y yo tenemos una sensibilidad y un sentido del humor muy parecidos. Cuando leo sus guiones siento que conecto con él", afirma Johansson. "Creo que sencillamente nos valoramos como artistas y disfrutamos trabajando juntos porque siempre estamos riendo y pasándolo bien. Es maravilloso poder trabajar con tus amigos; y creo que es por eso por lo que seguimos haciéndolo".

Allen nunca había visto a Penélope Cruz en una película hasta que vio la actuación que le valió la nominación al Oscar en la película de Pedro Almodóvar VOLVER. "Pensé que era sencillamente extraordinaria", afirma el director. "Por supuesto, la quería para mi película cuanto antes. Después, su agente llamó y dijo que Penélope sabía que iba a rodar una película en España, luego ella llamó y dijo que sabía que yo iba a rodar una película en España y que tenía muchas ganas de participar en ella. Para mí, eso fue lo mejor que pude oír. María Elena es una fuerza de la naturaleza, eso es Penélope exactamente. Es bella y extraordinariamente sexy de una forma única: es un tipo de belleza muy especial. Y es una actriz formidable y, además, lo transmite. Es espectacular".

Javier Bardem, ganador de un Oscar por No es país para viejos, se unió al reparto en el papel del extravagante Juan Antonio. "Posiblemente era el único actor del mundo que podía haber hecho este papel para mí", comenta Allen. "Quería a un español que fuera sexy, pero sin que tuviese esa belleza convencional de un actor de cine; quería que fuese algo más profundo que todo eso. Le he visto en otras películas y creí que era el mejor. Me ha encantado trabajar con él, no imaginaba que me fuese a pasar algo así en la vida".

Para el papel de Vicky, Allen buscaba a alguien con una personalidad opuesta a la de Johansson y a la de Cruz. "Juliet Taylor (la directora de casting) me dijo que tenía que conocer a Rebecca Hall", cuenta Allen. "En cuanto la vi, supe que Juliet tenía razón. Rebecca es de una belleza deslumbrante y tiene una enorme dignidad. Y, por supuesto, es una actriz maravillosa".

Patricia Clarkson, también nominada a un Oscar, interpreta el papel de Judy, la anfitriona de Vicky y Cristina en Barcelona. Para Allen, "es otro ejemplo de que he tenido la oportunidad de trabajar con alguien a quien he admirado durante mucho tiempo. Judy representa el camino que Vicky podría haber tomado al final, cuando te casas con una persona segura y no asumes riesgos. Si Judy pudiera volver atrás, no rectificaría. O quién sabe...".

Aunque a todos los actores (sin incluir a Johansson, ya habitual de Allen) les inquietaba un poco la idea de trabajar con un cineasta al que admiran, el director no tardó en tranquilizarles. "Es un hombre de lo más agradable", relata Bardem. "Cada vez que lo necesitaba, siempre me daba la respuesta correcta, una respuesta muy útil que me ayudaba a comprender lo que tenía que hacer. Trabajar con Woody Allen es todo un lujo. Los diálogos son brillantes y ayudan a que el actor siga adelante y encuentre la razón de ser de la escena a través de las palabras".

"Con cualquier otra persona me habría dado miedo hacer el papel de un personaje que aborda cada situación con el mismo nivel de energía", comenta Cruz. "Cuando tienes a un personaje tan extrovertido, tan enérgico, que genera tanto caos, creo que, quizás por miedo, querrías interpretar algunas escenas de forma un poco más pausada. Intenté un par de veces hacerlo así y Woody dijo: 'No, ella vive en ese estado permanentemente'. Me dio un consejo contundente: '¡Se valiente!', y creo que tenía toda la razón en eso".

Allen decidió contar con un narrador (Christopher Evan Welch) para comentar el desarrollo de la acción en Vicky Cristina Barcelona. "El guión tiene las características de un cuento", afirma. "Se cuenta lo que les ocurre a estas dos chicas durante el verano. Pensé que alguien tenía que relatarlo, y así fue. Además, me ahorraría unas cuantas escenas aburridas y meramente expositivas. Así la historia podría seguir con rapidez hacia delante o hacia donde yo quisiera, gracias al narrador".

El tono desenfadado de Vicky Cristina Barcelona lo marca la pegadiza canción "Barcelona" interpretada por Giulia y Los Tellarini, que se escucha varias veces durante la película. Allen conoció esta melodía casi por casualidad. "No paran de mandarme canciones, pero no suelo tener tiempo para escucharlas. Una mañana, de camino al plató, la cogí sin ni siquiera haberla abierto y la escuché en el coche de camino al set de rodaje.

Entonces pensé: '¡Esto está genial! ¡Es exactamente lo que quiero para la película!' Todos quedaron satisfechos: les encantaba que utilizáramos su canción, y mi productor estaba feliz por no haber tenido que utilizar algo que hubiese costado mucho dinero, ¡como una canción de George Gershwin!"
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Toda la película se rodó en Barcelona, la capital de Cataluña y la segunda ciudad más grande de España, en la costa del Mediterráneo español, así como en Oviedo y en Avilés, dos ciudades del Principado de Asturias, en el norte de España (a unos 650 km de distancia). Los lugares donde se rodó en Barcelona son una postal virtual de la ciudad, en particular la fantástica e intrincada arquitectura de Antoni Gaudí, incluyendo sus famosas Sagrada Familia, el Parc Güell y La Pedrera. Un momento especialmente memorable de la película es cuando Javier Bardem y Rebecca Hall representan una escena completa desde lados opuestos de una fuente que es un mosaico con forma de lagarto en el Parc Güell. "Tuvimos que reducir el caudal de agua que salía de la boca del lagarto", cuenta Allen. "¡No se podían escuchar los diálogos!".

Otros escenarios destacados de Barcelona son el Parque de Atracciones del Tibidabo, el Hospital de Sant Pau, la Fundació Joan Miró (El Museo Miró), el Museu Nacional d'Art Catalunya, el Port Olímpic, el Aeropuerto de Barcelona (con su mural de Miró) y Las Ramblas. "Barcelona tiene todos los elementos de una gran ciudad europea en términos de belleza arquitectónica, pero también hay algo por debajo de la superficie que es bastante anárquico", afirma Hall. "Durante el tiempo que estuve allí, me levantaba mucho más tarde y salía de fiesta mucho más de lo que lo he hecho en cualquier otro lugar (durante los fines de semana, no los días laborables, ¡que quede claro!). Tiene una sólida identidad como ciudad y sus habitantes están muy orgullosos de serlo: les gusta definirse a ellos mismos como un pueblo que no forma parte de España. Brillan con luz propia con su cultura e identidad únicas".

La viva arquitectura de Gaudí es una piedra de toque constante en la película. El trabajo de toda su vida, la cautivadora iglesia de la Sagrada Familia, es una de las obras artísticas inacabadas más famosas, y como tal, es un edificio sumamente romántico. Refleja el pensamiento de María Elena acerca de que únicamente el amor que no se ha hecho realidad es realmente romántico.

"Denis de Rougemont escribió que una vez que el amor se hace realidad ya nunca vuelve a ser romántico", comenta Allen. "Creo que puede tener otras características que le llevan a uno a una vida maravillosa, pero nunca vuelve a haber ese idilio". "Creo que existen muchas formas diferentes de 'amor'", afirma Johansson. "Existe un tipo de amor muy seductor y que es parte del juego del apareamiento. También está ese amor profundo de dos personas que llevan juntas treinta años y que se siguen sorprendiendo día tras día y aprendiendo el uno del otro. Creo que eso es tremendamente romántico".

"Creo que la película muestra muchos tipos de amor", cuenta Johansson, "ya sea el de María Elena y Juan Antonio, con ese amor imposible y a la vez interminable, o el que Cristina tiene por María Elena y Juan Antonio, una especie de encaprichamiento y expresión artística del amor. Por su parte, los sentimientos que tiene Vicky hacia Juan Antonio muestran un amor muy obsesivo, muy fanático. Me parece que la película muestra que todos los tipos de amor son válidos". "Para mí, existen diferentes puntos de vista para el amor", comenta Bardem. "El amor es tan diferente como quien lo siente. Diría que la película quiere mostrar varias relaciones con el amor en personas distintas, con mentalidades distintas".

Allen considera que Vicky Cristina Barcelona puede decir cosas sobre el amor que ni siquiera él es consciente de que se digan. "No tengo nada profundo que decir sobre el amor, pero al crear personajes vivos que se relacionan entre sí, la gente puede sacar sus propias conclusiones", argumenta. Además, dice que "posiblemente existen algunas cosas en la película final que no esperaba contar, que incluso podrían contradecir lo que tenía pensado y que quizás no era tan profundo. Por otro lado, quiero hacer una observación: hay cosas que funcionan para determinadas personas en determinadas situaciones. Uno no puede preconcebir estas ideas y tiene que ser más flexible cuando trata el tema del amor".