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Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa cartel reducidoViaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa(Journey 2: The Mysterious Island)
Dirigida por Brad Peyton
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Filmada en 3D, la película ha sido dirigida por Brad Peyton a partir de un guión de Brian Gunn y Mark Gunn basado en una historia de Richard Outten, Brian Gunn y Mark Gunn. Ha sido producida por Beau Flynn y Tripp Vinson, así como por Charlotte Huggins, quien ya había participado en "Viaje al centro de la Tierra". Richard Brener, Michael Disco, Samuel J. Brown, Marcus Viscidi, Michael Bostick y Evan Turner han sido sus productores ejecutivos.

El equipo creativo ésta compuesto por el director de fotografía David Tattersall, el diseñador de producción Bill Boes, el editor David Rennie, la diseñadora de vestuario Denise Wingate y el supervisor de efectos visuales nominado a un premio Óscar Boyd Shermis. La música ha sido compuesta por Andrew Lockington.

"Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" es una película de New Line Cinema y una producción de Contrafilm que será distribuida por Warner Bros. Pictures, una compañía Warner Bros. Entertainment. La cinta se estrenará en cines IMAX® en todo el mundo.

"Para llegar a esa isla tendremos que meternos en el ojo del huracán". - Sean Anderson

Con el director Brad Peyton a la cabeza, "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa", traslada a los espectadores a una nueva aventura fantástica y divertida en lugares desconocidos, a un destino tan remoto que ha permanecido oculto durante siglos… y, que una vez que se ha encontrado, resulta imposible abandonar.

Peyton, al que le gustó mucho la primera entrega, "Viaje al centro de la Tierra", en la que el intrépido joven explorador Sean Anderson se dio a conocer al público de todo el mundo, comenta: "Quería retomar la historia de Sean y hacerla avanzar, con unos nuevos escenarios increíbles y nuevos compañeros que le llevaran aún más lejos, porque ya no es un niño. Tiene diecisiete años, y está preparado para moverse por su cuenta por el mundo. Es su oportunidad para demostrar que no se deja llevar, sino que es un explorador hecho y derecho".

"La primera película puso en marcha la imaginación de la gente y nos mostró a un niño con un gran potencial, pero al que todavía le quedaba mucho por aprender", afirma Dwayne Johnson, quien debuta en esta cinta como el padrastro de Sean, Hank, y que es también co-productor de la cinta. "El segundo viaje nos lleva a otro lugar interesante, y le muestra al público en qué se ha convertido aquel chico".

Peyton, quien recientemente nos mostró el mundo secreto del espionaje casero con "Como perros y gatos: La venganza de Kitty Galore", sabe bien cómo combinar la acción con la comedia en un proyecto a gran escala con giros imprevistos. Tras leer el guión de "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa", confiesa: "Nunca me hubiera imaginado hacerla como algo pequeño. Directamente, supe que esta película necesitaba tierra, mar y aire, con criaturas, cuevas, tormentas, batallas submarinas y persecuciones aéreas, y todo ello en un territorio absolutamente increíble, que quitara el aliento. Eso suponía utilizar la última y la mejor tecnología para crear algo en el terreno del 3D que ‘Viaje al centro de la Tierra’ ya ayudó a establecer".

En 2008, esa cinta marcó un hito como la primera película narrativa en utilizar el sistema Fusion System, un sofisticado dispositivo de cámara digital 3D desarrollado por James Cameron y el director de fotografía Vince Pace, y que posteriormente se emplearía en "Avatar". Por eso no sorprende que el equipo de "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" haya vuelto a recurrir al Cameron Pace Group para obtener las últimas estrategias y equipos capaces de capturar la profundidad y el alcance que Peyton quería obtener en distintos entornos del mundo real.

Decidido a rodar en localizaciones reales desde el primer momento, el director afirma: "Creía que los actores tenían que mancharse los pies. Quería una selva de verdad, no una de esas creadas por ordenador sobre un croma. Como marco para tantas imágenes espectaculares, necesitaba un terreno de verdad".

El productor Tripp Vinson, quien vuelve a colaborar con Beau Flynn y Charlotte Huggins, de "Viaje al centro de la Tierra", explica: "La acción es muy intensa pero familiar, y creo que todo eso se lo debemos a Brad, que ha sido capaz de traspasar esa línea. Tenía una idea muy clara de muchas de las secuencias desde nuestras primeras reuniones, y una convicción muy fuerte sobre cómo diseñarlas y ejecutarlas, algo que sin duda ha hecho. Hace subir la tensión en una escena, luego afloja un poco, para finalmente dar un giro a la acción de forma que se crea aún más tensión. Creo que una de sus mayores virtudes como director es su capacidad para crear y mantener esa fuente de adrenalina".

Al mismo tiempo, el equipo sabía que lo que hizo que la historia original resultara tan memorable fue algo más que la osada interpretación de los protagonistas. Lo que realmente importaba era la conexión que existía entre ellos, los vínculos que habían formado o reforzado al enfrentarse a situaciones peligrosas es las que quedaba puesto de manifiesto de qué estaba hecho cada uno.

Esto es lo que opina el productor Beau Flynn, "Creo que el público respondió a todos estos temas en la primera película y por eso estábamos decididos a incluirlos también en esta nueva entrega. A través de la acción tocamos unas cuantas ideas, como el llegar a apreciar a las personas por quiénes son, en lugar de por la primera impresión que nos hayan podido causar y abrir el corazón a nuevas posibilidades. Y, desde el punto de vista de un joven de diecisiete años, quizás comprender un poco de dónde vienen tus padres y viceversa".

Al equipo también le gustaba el hecho de que los personajes terminen en un paraíso tropical que resulta ser una trampa y que les obliga a utilizar todo su ingenio y sus reflejos para sobrevivir, especialmente cuando descubren que la flora y la fauna del lugar tienen sus propias reglas.

Se trata de la Regla de la Isla, conocida en realidad como la Regla de Foster. La productora Charlotte Huggins nos lo explica: "Se trata de una teoría biogeográfica verdadera que afirma que, en el transcurso de la evolución en un entorno aislado, las cosas grandes se pueden volver pequeñas y las cosas pequeñas se pueden volver grandes. De esta forma, una manada de elefantes aquí puede tener el aspecto exacto de los elefantes que conocemos, excepto por el hecho de que se trata de miniaturas, y las mariposas pueden ser iguales que las mariposas que todos hemos visto, pero ser enormes".

La desventaja de esas maravillas visuales serían los inmensos pájaros y lagartos carnívoros, algunos del tamaño de un campo de fútbol, y que ven a los exploradores como su almuerzo.

Michael Caine, que da vida al patriarca Anderson, Alexander, quien ha hecho de sus ganas por conocer mundo el negocio familiar y que sirve de catalizador de esta última aventura, reconoce: "No se trata de un cuento infantil. La acción es muy rápida, y los niños tendrán que ser muy despiertos para no perderse".

O tratarse de ávidos lectores. Lo que ocurre en la gran pantalla está basado en parte en la obra del visionario actor del siglo XIX Julio Verne, cuyas novelas La isla misteriosa y Veinte mil leguas de viaje submarino salpican el guión e inspiran toda la acción, además de algunas referencias fortuitas al Robinson Crusoe de Robert Louis Stevenson y a Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. A diferencia de la mayoría de las películas basadas en libros, "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" se retrotrae activamente a su material original, que se convierte así en parte de la historia. Richard Outten, autor de la historia junto a los guionistas Brian Gunn y Mark Gunn, lo explica: "La idea surgió, para mí, como un tributo a mi abuelo y a algunos de mis libros favoritos durante la infancia. Me imagino que los tres autores se inspiraron en rumores sobre una misma isla fantástica y extraña para escribir independientemente sus respectivos clásicos; una teoría que un aventurero de toda la vida y su nieto terminan por demostrar".

Tras seguir las pistas dejadas por Verne y sus compañeros literatos para identificar las coordenadas desconocidas de la isla, Sean vuelve a Verne una y otra vez para moverse por su topografía y escapar de los principales peligros. "En lugar de tratar de eludir la situación, tienen que basarse en su ingenuidad y capacidad de imaginación. Aquí no hay ‘malos’ a los que vencer, sólo el tiempo y obstáculos que se interponen entre ellos y su regreso a casa", afirma Brian Gunn.

Y Mark añade: "Verne ya veía submarinos y viajes espaciales mucho antes de que todo eso existiera. Se trata de un escritor de ficción que basó sus ideas en la ciencia, pero en una ciencia adelantada a su tiempo, y eso es lo que la gente encuentra tan intrigante de su trabajo".

La película rinde tributo a esos fundamentos realistas, ya se trate de las anomalías evolutivas que pueblan la isla o de las incansables placas tectónicas llamadas a engullirla. "Verne creía que lo fantástico podía nacer del mundo en el que vivimos, del mundo que pisamos, que puede ser mucho más inmenso y rico de lo que imaginamos, y nosotros hemos adoptado el mismo enfoque", declara Peyton. "Cuanto más surrealista es el entorno que creas, más definidas y respetadas tienen que ser las reglas del mundo real. El reto consistía en recrear cosas de nuestro mundo ordinario que resultaran drásticamente diferentes de la forma en que las percibimos normalmente, haciendo que lo familiar fuera de pronto extraño e impredecible. No se trata de un mundo de fantasía lejano; en la isla hay cosas increíbles, pero se trata siempre de elementos reconocibles con unas proporciones alteradas de forma salvaje".

"No puedo afirmar que todos los aspectos científicos que aparecen en la película sean ciertos", añade. "Pero tuvimos cuidado para que todo comenzara con cierta base real. Y después… simplemente nos dejamos llevar".

"La forma más segura de llegar al otro lado es caminar por la costa. La forma más rápida es atravesar el corazón de la isla. Pero os advierto: la isla está llena de selvas oscuras y criaturas aterradoras". - Alexander

"Creo que no tenemos opción. Seguiremos el camino rápido". - Hank

Cuando arranca la historia, el joven Sean sin duda no está donde le gustaría estar. Han pasado años desde el fallecimiento de su padre y su madre, Liz, interpretada por Kristin Davis, se ha casado hace poco con Hank, con lo que la familia se ha trasladado a las afueras de Ohio. Sin amigos y con un padrastro con el que está convencido que no tiene nada en común, Sean pasa muchas horas en soledad revisando sus mapas y las novelas de Julio Verne, y soñando con rincones del mundo aún por descubrir que le aguardan.

"Se siente atrapado", comenta Josh Hutcherson, quien retoma un papel que ha madurado en términos de sincronía con su propia vida durante los cuatro años que han transcurrido desde la primera entrega de "Viaje al centro de la Tierra". "Está preparado para hacer cosas más grandes, y está lleno de curiosidad por el mundo, algo que comprendo a la perfección. Creo que eso mismo les ocurre a muchas personas, aunque no estén necesariamente interesadas en descubrir islas perdidas. Simplemente necesitan estar a su aire, imaginando cosas y buscando su propio camino".

Más concretamente, Hutcherson enfatiza: "Sean no quiere nada con su padrastro. Sencillamente cree que no tiene nada que ofrecerle; no mola nada, es aburrido y no tiene imaginación".

Dwayne Johnson da vida a Hank, un veterano de la marina que dirige su propia constructora y está acostumbrado a afrontar las cosas directamente y resolver los problemas. Pero no sabe cómo solucionar éste. "Al igual que muchos adolescentes – y yo no soy una excepción –, Sean cree conocer todas las respuestas", comenta Johnson. "Ha vivido un gran abandono entre la pérdida de su padre y los viajes de su abuelo, por lo que es natural que se muestre receloso cuando llega su padrastro. Hank y Sean chocan desde el primer momento, porque uno quiere conectar y el otro desea distanciarse".

Johnson prosigue: "La familia es lo más importante para Hank, y su intención durante toda la historia es volver a reunir a su familia".

"Dwayne aporta mucho a cualquier papel", señala Peyton. "Con sus puños de un millón de dólares y su sonrisa de mil millones de dólares podría llevar sobre sus espaldas todo el peso de la acción de la película, pero es que además tiene una gran vis cómica y resulta enormemente carismático. Y yo lo quería todo – la experiencia Dwayne Johnson al completo – en esta película, y él nos lo ha dado. Incluso canta… ¿quién se lo iba a imaginar? Y toca el ukulele".

Pero por muy nobles que sean las intenciones de Hank, Sean cree que es el culpable de todo lo malo que le ocurre en la vida en esos momentos. Y lo que es aún más importante, está seguro de que es el principal obstáculo entre él y la exploración que el joven considera un derecho suyo por nacimiento.

Esta idea será puesta a prueba antes de lo que Sean cree cuando recibe una extraña llamada por radio una noche. Es un S.O.S. encriptado que sospecha que puede proceder de su abuelo, Alexander, del que no se tiene noticias desde que se marchó para demostrar que la isla misteriosa de la novela de Verne existía en realidad y no era una ficción.

Y sus primeras palabras resultan electrizantes: LA ISLA ES REAL.

"Alexander es el ídolo de Sean. Casi siempre ha hecho lo que ha querido, siempre está por ahí en alguna expedición de locos", comenta Hutcherson. "Y si Alexander está en apuros, Sean hará cualquier cosa para llegar hasta él".

Y, de igual forma, Hank está dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar hasta Sean, incluso si eso significa acompañarle a los mares del Sur en la que cree que sólo puede ser una pérdida de tiempo, fingiendo que le interesa la improbable existencia de una isla olvidada por la historia, sólo para tenerle vigilado. Pero, días después, tras un accidente de aviación en el lugar más increíble que pueda imaginarse, nadie está más sorprendido que Hank. De hecho, casi no puede hablar…, excepto por algunas palabritas que le dedica al causante de todos esos problemas: el único e inigualable Alexander Anderson, el siempre recordado aunque ausente abuelo paterno de Sean y el seguidor incondicional de Julio Verne de la familia.

Sean, por su parte, no podría sentirse más emocionado y justificado. Pero su euforia por haber encontrado a su abuelo dura poco cuando se da cuenta de que salir de la isla va a ser mucho más difícil que llegar a ella, y de que les queda poco tiempo para lograrlo. La tierra que pisan se está hundiendo. Muy rápidamente. Toda esa masa de tierra estará bajo las aguas en cuestión de días, si no de horas, y sus escasas posibilidades de sobrevivir están totalmente en sus manos. "Cuando se dan cuenta de que tienen que trabajar juntos como un equipo para salvarse es cuando sus fortalezas individuales salen a la luz de forma imprevista", declara Peyton.

Y Johnson comenta divertido: "La muerte inminente es una estupenda motivación para colaborar".

Aunque esta crisis les hace unirse con un objetivo común, también pone de relieve el hecho de que sus motivos individuales para estar allí son de lo más variados. "Pero es la relación en constante evolución de Hank y Sean lo que sustenta todo lo demás y nos permite movernos por la historia", señala Peyton, quién optó por dar un tono más ligero a la forma en que ambos personajes terminan encontrando su propio camino y comprendiéndose.

"A veces, cuando estás desarrollando un guión, tienes la tentación de exagerar con el registro de algunos personajes", confiesa Vinson. "Pero, en manos de unos actores con tanto talento como Dwayne y Josh, te puedes permitir que esas revelaciones surjan de su interpretación".

De igual forma, el encuentro inicialmente antagonista entre el padrastro y el abuelo de Sean evoluciona a medida que los dos machos alfa se van tomando la medida una y otra vez, algo de lo que tanto Johnson como Michael Caine disfrutaron mucho. "En un primer momento existe un muro entre ellos, y eso siempre hace que las cosas resulten interesantes", señala Johnson. "Me encanta la tensión en pantalla, especialmente cuando está salpicada de humor".

"Sus puyas son lo que impulsa su relación, y resulta muy divertido verlos", recuerda Flynn. "Hank propone algo, Alexander sugiere otra cosa, y se desata una lucha imparable para ver quién de los dos tiene el mejor plan, en la que Alexander trata de echar por tierra a Hank argumentando que es todo músculo sin nada de cerebro".

Al mismo tiempo, comenta Johnson, "Alexander resulta atractivo porque no sigue las normas y siempre está viajando a lugares exóticos. Hank lo comprende, pero cree que ese tipo de comportamiento hace de Alexander un hombre que nunca ha estado con su familia".

Caine, por su parte, define a su personaje como "una especie de explorador loco. Va a todo tipo de lugares, cuanto más extraños, mejor, y encontrar la ignota Isla Misteriosa supone la guinda del pastel en su carrera. El problema es que, al decidir compartir el secreto con su nieto, pone al joven, y a todos los que le acompañan, en una situación muy peligrosa".

De todas formas, tras haberse enfrentado al peligro durante toda su vida – deleitándose en él – en realidad, Alexander considera este problema como un mero obstáculo más que superar. "No le asusta nada", comenta Huggins. "Disfruta con cada paso que da, y Michael es sin duda capaz de trasmitir esa idea en su papel. Cuando se ponía el traje, siempre esbozaba una gran sonrisa y decía ‘Parezco el abuelo de Indiana Jones’".

El oscarizado actor, que también es abuelo en la vida real, le dijo en un primer momento al equipo que quería que sus nietos pudieran presumir de que su abuelo era capaz de montar sobre una abeja gigante y afirma: "No hago muchas películas familiares, pero tengo tres nietos y no quería que tuvieran que esperar a tener 18 años para poder verme en una película. Además, el guión era inteligente y entretenido, y nunca había trabajado en una cinta en 3D antes, así que quise subirme al carro".

Pero estas tres generaciones de hombres marcadamente independientes no están solas para resolver sus diferencias. Junto a ellos, y representando a un tipo de familia con una dinámica totalmente diferente, están Gabato y Kailani, interpretados por Luis Guzmán y Vanessa Hudgens, un padre y una hija que se dedican a hacer vuelos en helicóptero y que llevan a Sean y Hank a la isla desde la cercana Palau, en Nueva Guinea, y que se encuentran con un devastador huracán que destruye la aeronave dejándolos varados junto a los demás.

En un primer momento, la motivación de Gabato para aceptar este viaje que podría costarles la vida es el dinero. Es su única motivación en la vida. Cuando otros guías curtidos habían rechazado la oferta para aventurarse en el tristemente famoso "cementerio de barcos" en busca de un trozo de tierra desconocido y de fábula, este sociable piloto con su maltrecho aparato no se lo piensa y aprovecha la oportunidad, con la lógica desaprobación de su hija, que es mucho más sensata.

"Gabato es un buscavidas que lleva a los turistas por el paraíso, viviendo un sueño", explica Guzmán, quien se divirtió mucho con el papel y le aportó algunas improvisaciones memorables que hicieron las delicias tanto de los demás actores como del equipo técnico. "También es un mentiroso. Haría cualquier cosa por una buena suma de dinero".

"Luis fue mi as bajo la manga para la comedia", confiesa Peyton, quien proclama que el veterano actor es un "chupacámaras de primer orden". Y añade: "Hace que todo parezca real y su Gabato es ajeno a todo. La mayor parte de las veces no se da cuenta de que está en peligro, cree que está en unas vacaciones extravagantes. Todo lo sorprende, cada nueva visión le entusiasma".

Pero Gabato es en realidad un padre amante que lucha por darle a Kailani, la niña de sus ojos, lo que ella más quiere: la posibilidad de estudiar. Kailani, a su vez, le quiere y agradece sus esfuerzos, pero no cree que esta empresa marginal vaya a poder darles los medios necesarios para financiar su sueño. Lo cierto es que su padre no es un hombre de negocios, y Gabato’s Luxury Tours probablemente no sobreviviría sin su ayuda. "Gabato es el corazón de la empresa, pero Kailani es el cerebro", confiesa Peyton.

Verles interactuar resulta enternecedor y divertido. "Vanessa aporta a la perfección un punto de cordura a su locura", comenta Charlotte Huggins. "Nunca reacciona a lo que él hace o dice, que es precisamente lo que se esperaría de alguien que ha vivido toda la vida con un hombre como ése. Está por encima de todo eso. Cuando él dice algo escandaloso inmediatamente pasa a otra cosa, y lo mismo hace ella. Se compenetran a la perfección".

"Kailani es dura porque tiene que serlo", afirma Hudgens. "Tiene que cuidar a su padre. Pero es muy franca y, desde el primer momento, lo que más claramente dice es que ese trabajo ha sido una mala idea".

Y, cuando sólo llevan unos minutos de viaje, sus previsiones parecen confirmarse.

El accidente no sólo acaba con el único medio de transporte del grupo, también parece haber destruido cualquier posibilidad que Sean pudiera tener de atraer a Kailani. En lugar de ello, levanta las iras de esta belleza polinesia ya que ella le hace personalmente responsable de ésta y de todas las demás calamidades que le esperan.

"Sean es un soñador y Kailani es mucho más práctica. Él quiere introducirla en el espíritu de esta increíble experiencia, pero ella sólo piensa en los riesgos", explica Hutcherson.

Tras haber estudiado al joven estadounidense antes de que se subiera al helicóptero, Kailani está convencida de que no tiene la menor idea de cómo es su vida y de sus problemas. Pero, a medida que van transcurriendo los acontecimientos, ella empieza a preguntarse si no se habrá equivocado, especialmente cuando literalmente caen el uno en brazos del otro con cada nueva sorpresa que les depara la isla. "Participar de esta experiencia y de todo lo que ofrece, implica que Kailani tendrá que abrir su corazón, y ella siempre ha actuado movida por la cabeza", comenta Hudgens. "Pero se ve arrastrada a ese mundo increíble y termina encontrando mucho más de lo que esperaba".

Mientras los cinco luchan para encontrar su improbable aunque única salvación posible, la madre de Sean, Liz, lejos de allí, se pregunta qué le habrá ocurrido a los dos hombres más importantes de su vida. Consciente de los excesos y excentricidades del que fue su suegro, cree que Alexander no es de fiar y que supone un mal ejemplo, eso, si no es que está directamente loco. Pero no puede negar el afecto que Sean siente hacia él como tampoco puede negar que, a pesar de sus reservas, el valiente adolescente parece estar destinado a seguir los pasos de su padre y su abuelo.

Kristin Davis lo explica así: "Evidentemente, Sean preferiría seguir su propia ambición. Prefería buscar a su abuelo. Le gustaría hacer muchas cosas en lugar de estar atrapado en el extrarradio de una ciudad, pero en ese preciso momento está atado por las decisiones de su madre. Ella se ha vuelto a casar, está enamorada, y quiere que sean una familia porque Hank es un hombre estupendo… Lo que pasa es que Sean aún no lo sabe".

Al igual que Hank, Liz confía en que este viaje pueda obrar el pequeño milagro. Pero no tiene ni idea de lo que va a ocurrir.

"Voy a ir al grano… ¿la única forma de evitar ahogarnos es encontrar un submarino de hace más de un siglo?" – Kailani

"Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" se filmó en localizaciones de Oahu, Hawai, durante el otoño de 2010. La isla ofrecía muchas posibilidades, desde terrenos arenosos en la costa hasta valles bañados en niebla o cuevas y montañas volcánicas. Entre los paisajes elegidos se incluyen Waimea Valley, Heeia Kea, China Walls y Kualoa Ranch, que ya han aparecido en numerosas películas y series de televisión, además de Halona Beach Cove, más conocida como Eternity Beach por la famosa escena protagonizada por Burt Lancaster y Deborah Kerr en "De aquí a la eternidad".

Aunque nació en San Francisco, el héroe local Dwayne Johnson afirma: "Pasé gran parte de mi infancia en Hawai, a cerca de una hora del lugar en que rodamos, y ha sido maravilloso volver allí. Por aquel entones, tenía unos 13 o 14 años, me encantaba ver películas y tenía grandes sueños. Así que regresar a Hawai para rodar una gran aventura ha sido una verdadera bendición".

El equipo también utilizó unos estudios en Carolina del Norte para completar algunas escenas, empezando por el accidente de helicóptero. Sus secuelas se rodaron en Eternity Beach, pero su incursión en la tormenta que termina tirándolo a tierra se rodó en unos estudios, con lo que el supervisor de efectos especiales Peter Chesney denomina "una especie de ensamblaje como el de los juguetes de hojalata construido alrededor de un puntal de acero muy resistente con una extensión de aluminio".

Chesney podía aplicar más de 2.700 kilogramos de presión en cualquier punto del conjunto con sólo pulsar un botón creando un dispositivo de alta vibración al que dotó de airbag, modificado a partir de la suspensión de un camión y unido a acumuladores de alta velocidad, o válvulas, capaces de soltar grandes volúmenes de aire comprimido en el momento justo a partir de las señales eléctricas de entrada. De esta forma, pudo simular un huracán de categoría 5 que terminaba haciendo añicos la aeronave. "Me recuerda a la tan desagradable ‘cometa del vómito’ de la NASA, donde crean la gravedad cero, pero nosotros la parábamos a mitad de camino y la volvíamos a lanzar en la otra dirección", comenta orgulloso a propósito del efecto que crea su dispositivo en pantalla.

"Pensé que estaban de broma cuando lo llamaron ‘la parilla’", recuerda Hudgens.

Pero eso no fue más que el principio. Otro de los grandes efectos especiales de la película tiene que ver con la escaramuza aérea en la que los cinco aventureros, montados sobre abejas gigantes, son perseguidos por pájaros aún más grandes que pretenden devorarlos. Las aves, a las que un Sean sin aliento identifica como vencejos mongoles antes de que se lancen contra él, se seleccionaron específicamente porque los vencejos vuelan muy rápido y, de hecho, se alimentan de abejas. Si lo trasladamos a términos de escala, sugiere Peyton, "creo que las abejas serían helicópteros y los pájaros bombarderos".

"Tuvimos cuidado para asegurarnos de que la velocidad y la física fueran correctas", prosigue. "Quería que las monturas tuvieran peso, para que los espectadores pudieran ver a los actores tirar con fuerza hacia la derecha o hacia la izquierda, y agacharse en los giros, porque lo hacían de verdad". Para lograrlo, el director recurrió de nuevo a Chesney, quién ideó una serie de monturas denominadas "bee bucks", que se podían manipular de forma realista. Recordaban a barriles de petróleo, y cada uno estaba calibrado y lastrado en función del peso de cada actor. Esos "bucks" se unían luego a vigas que funcionaban como un balancín, con contrapesos adicionales, y todo el conjunto estaba montado sobre una base triangular sobre cojinetes neumáticos con una presión controlada por variables para que flotara como un disco sobre una mesa de hockey aéreo.

El supervisor de efectos visuales Boyd Shermis sustituyó posteriormente los barriles de petróleo por abejas voladoras creadas por ordenador y añadió imágenes de fondo capturadas por su equipo in situ mientras viajaban a través de las copas de los árboles y por encima de éstas en helicóptero utilizando cámaras estéreo condensadas para aprovechar la velocidad, movimiento y emoción del vuelo. Luego filmaron los "bucks" y a sus jinetes, y combinaron todo esto digitalmente con la acción para que los actores pudieran verse e interactuar entre ellos rápidamente durante la persecución.

A partir de ahí, parte de la acción se desarrolla bajo el agua en un encuentro con una anguila eléctrica depredadora gigante, lo que hizo que Johnson y Hutcherson tuvieran que añadir una certificación de buceo a su currículo. En un primer momento, estaba previsto utilizar el tanque de los estudios EUE/Screen Gems en Wilmington pero, cuando la escena fue evolucionando conceptualmente y creciendo en términos de alcance, tuvieron que construir el suyo propio: 24 metros de diámetro y 6 metros de profundidad, con capacidad para 2.800.000 litros.

Los actores se sumergieron en el agua en una parte del set de rodaje submarino conocida como la antecámara pero, como nos revela Shermis, "todo lo demás en la secuencia se ha creado por ordenador: las partículas del agua, el reflejo de la luz, la fauna, los corales, las burbujas y el limo. Los entornos submarinos son de los más complicados de crear por ordenador, llevan mucho tiempo y cientos de capas".

De vuelta a tierra firme, la casa en el árbol de Alexander, creada de forma manual intencionadamente a partir de los restos de un naufragio e iluminada con botes de luciérnagas, también se construyó en un decorado. Pero una gran parte del enorme decorado de la Atlántida se creó in situ en Hawai. El diseñador de producción Bill Boes lo explica así: "Queríamos transmitir un tamaño colosal, y en parte eso se logró con pinturas mate y efectos visuales, pero también construimos un enorme decorado en Kualoa Valley. Y puesto que la isla está constantemente hundiéndose y volviendo a surgir en ciclos de 140 años, incorporamos conchas y coral e indicios de vida acuática prehistórica a la arquitectura".

Otra de las maravilla de la isla es un volcán que escupe oro fundido, además de cenizas de oro que llueven sobre el grupo mientras éste intenta escapar. Conseguir ese efecto aéreo resultó especialmente complicado. Para evitar contaminar un entorno tan virgen, el equipo no podía utilizar las herramientas estándar a su disposición, es decir, copos de mica o mylar. Se necesitaba una alternativa orgánica e inocua. Tras pensarlo mucho, se decidió que la mejor solución era la más sencilla, y optaron por el pan de oro, con un grosor de 2,5 millonésimas de centímetro y suficientemente puro como para resultar comestible.

Por su parte, el grupo se encuentra con una sorpresa mucho más desagradable: un campo de rocas extrañamente simétricas que son en realidad huevos de gigantescos lagartos pero que no reconocen hasta no estar en mitad de ellos, cada uno de ellos precariamente subido a una fina cáscara cuando la madre de la camada se acerca a ellos. Los casi 60 huevos tenían dos tamaños posibles: grandes y enormes. Estas creaciones de entre 90 y 135 kilos de peso, esculpidas y posteriormente moldeadas como mitades vacías de fibra de vidrio soldadas y pintadas a posteriori, tenían de 2 a 3 metros de diámetro una vez colocadas y fijadas en su lugar.

"Siempre que hay problemas, Gabato se lleva la peor parte", recuerda Guzmán. "Él es el que se cae dentro del huevo con todo ese líquido; al que el pájaro se le caga encima; el que termina enterrado en la arena. Creo que Dwayne y todos los demás se reunían y decían, ‘Le toca a Luis’".

"Fue una toma físicamente muy exigente", confiesa Hutcherson. "Incluso en las escenas que no están orientadas hacia la acción, las que se reducen a trepar o caminar sobre las raíces de un árbol, podías caerte fácilmente de bruces… y de hecho a mí me pasó varias veces. En muchas ocasiones la película parece como una montaña rusa para el público, y disfruté con eso, me gustó durante el rodaje también".

Y eso es algo que Peyton aprecia, ya que su objetivo era crear una experiencia de inmersión en el más amplio sentido de la palabra, con una acción trepidante y unos personajes y localizaciones increíbles. Para ayudar a meterse en el papel a sus actores, incluso les puso el tema principal de la película compuesto por Andrew Lockington, que encargó mucho antes de iniciarse la producción, en parte por este motivo. Lockington ya ganó un premio BMI en 2008 por su trabajo para "Viaje al centro de la Tierra".

Y, como ocurrió en la primera entrega, la decisión de rodar en 3D tuvo mucho peso.

En palabras de Vinson: "En una gran película de acción como ésta, tienes que diseñar las secuencias para aprovechar al máximo la tecnología, y Brad tomó unas decisiones muy inteligentes. Si te fijas en la escena de la persecución, o la de los lagartos, o la lucha con la anguila eléctrica, son impresionantes y están concebidas para rodarse en 3D. Pero también empleamos esta tecnología en otros momentos en los que no es tan habitual recurrir a ella".

Huggins, cuya experiencia en el mundo del cine incluye dos décadas de trabajo con el 3D, reconoce que: "A todo el mundo le encantan esas tomas al borde de un precipicio en la que parece que te vas a caer y ‘Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" tiene muchas de ésas. Pero Brad ha ido un poco más allá al aportar también formas de crear volumen y profundidad no sólo en los planos abiertos más amplios, sino también en primeros planos, con lo que se logra una presencia de los actores verdaderamente real y personal, y creo que eso es lo que diferencia a esta película. Al fin y al cabo, al público no le interesa la tecnología, sino lo que ésta le hace sentir".

Una de las cosas que espera que sientan los espectadores cuando acudan a ver "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa" es ese sentido de maravilla del que están imbuidas las aventuras creadas por Julio Verne.

"Cuando era un niño, esas lecturas me acompañaban durante los veranos", recuerda Flynn. "Son el tipo de historias que hacían volar tu imaginación. Y rodar ahora una película basada en un libro de Julio Verne y posiblemente introducir al autor y sus ideas entre los jóvenes por primera vez resulta enormemente gratificante".

"Esto es lo que yo quería ver en el cine cuando era un niño, y algo suficientemente bueno como para que toda la familia se divierta junta", concluye Peyton. "Está repleta de acción y risas, criaturas extrañas y algunos momentos más tiernos que espero que gusten tanto a los adultos como a los niños".