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Capitán Phillips cartel reducidoCapitán Phillips(Captain Phillips)
Dirigida por Paul Greengrass
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CAPITÁN PHILLIPS es un análisis desde varios puntos de vista que el director Paul Greengrass hace sobre el secuestro del carguero norteamericano Maersk Alabama, llevado a cabo por un grupo de piratas somalíes en el año 2009. Desde las diferentes ópticas de Grengrass, es al tiempo un emocionante thriller y un complejo retrato de la miríada de efectos que trae consigo la globalización. La película se centra en la relación que se establece entre el oficial al mando del Alabama, el Capitán Richard Phillips (el dos veces ganador del Oscar® de la Academia, Tom Hanks) y el jefe de la banda somalí, Muse (Barkhad Abdi). Enfrentados entre ellos en un choque de fuerzas irreversible frente a las costas de Somalia, ambos hombres se hallarán a merced de fuerzas que escapan de su control.


La historia
Marzo 2009. En su casa en Vermont, el Capitán Richard Phillips (TOM HANKS), un marino mercante, prepara su viaje alrededor del Cuerno de África. El viaje al aeropuerto con su esposa, Andrea (CATHERINE KEENER), es tenso: su carrera lo mantiene alejado durante varios meses seguidos, y ahora a sus cincuenta y tantos, el trabajo parece más peligroso que nunca. Cuando Andrea reflexiona sobre el futuro, se llena de dudas, y Philips entiende porqué. Él cree que el hijo de ambos, Danny, no se toma los estudios lo suficientemente en serio: donde los hombres de la generación de Phillips podrían ascender fácilmente, Danny deberá luchar para encontrar un puesto de trabajo decente incluso con un título.

Eyl, Somalia. Un amigo despierta a Muse (BARKHAD ABDI) con noticias urgentes. El caudillo Garaad ha enviado jefes para reclutar hombres para nuevas misiones piratas, enviando esquifes para secuestrar y pedir rescates por buques de carga extranjeros que pasan a diario por la costa de Eyl. Muse ha capitaneado antes y no va a dejar pasar otra oportunidad de trabajo. En el pueblo, se encuentra con los hombres de Garaad, y, para el disgusto de otros que compiten por la capitanía, los jefes lo eligen a él para reunir a la tripulación. Muse corre a la playa, donde congrega a docenas de hombres que le ruegan un puesto en el esquife de Garaad. Rápidamente Muse elige a Bilal (BARKHAD ABDIRAHMAN) y a Elmi (MAHAT M. ALI); pero quiere a alguien fuerte para completar el grupo. Najee (FAYSAL AHMED), una presencia imponente en el fondo, le sostiene la mirada. Muse, impresionado por su intensidad, asiente con la cabeza. Los cuatro se arman con un alijo de armas automáticas y se embarcan en un esquife, su motor gritando contra el oleaje.

Salalah, Omán. Phillips llega al puerto y se embarca en el buque de carga, el MV Maersk Alabama, que está cargado con 2.400 toneladas de cargamento comercial, 200 toneladas de ayuda alimenticia, y más cosas. En el puente de mando, el primer oficial de Phillips, Shane Murphy (MICHAEL CHERNUS), localiza el itinerario que les lleva por la cuenca de Somalía. "Vamos a reforzar la seguridad", el capitán le informa justo antes del desembarco. Lo que ninguno de los hombres dice, pero ambos saben, es que la ruta del Alabama que pasa por el Cuerno de África se ha convertido en un caldo de cultivo para los piratas, cuyo blanco son los cargueros. Preocupado por su tripulación que no está preparada, Phillips ordena un simulacro de seguridad en el agua.

El simulacro de seguridad apenas ha comenzado cuando el puente de mando detecta que dos esquifes se acercan. Phillips marca el número de seguridad marítima, pero no le comunican un mensaje sosegador ("Alerte a su tripulación, tenga sus mangueras contraincendios listas… Es probable que solo sean pescadores") cuando Phillips divisa las armas de la tripulación con los prismáticos, está seguro –"Ellos no están aquí para pescar".

Ante la sospecha de que los piratas estén escuchando sus comunicaciones, Phillips consigue que el segundo esquife dé la vuelta con una ingeniosa actuación teatral, se comunica por radio consigo mismo diciendo que un barco de guerra está en camino. Además tiene a su ingeniero jefe controlando el motor del Alabama, para que produzca olas lo suficientemente grandes como para desactivar el motor del primer esquife: Muse y su tripulación caen por la borda. Para el Alabama, es una crisis superada, sin embargo el ambiente es tenso en una reunión en el comedor, los piratas tienen armas y el Alabama no. Tal y como uno de los miembros de la tripulación señala, "Capitán: ellos volverán".

Efectivamente, la tripulación de Muse lo intenta nuevamente a la mañana siguiente, se precipita hacia el Alabama con más potencia y una escalera de embarque improvisada. Phillips, reunido en la cubierta, observa cómo se acercan y ve como repentinamente abren fuego en el puente de mando. Refugiándose, activa las mangueras de alta presión en el perímetro de la nave – lo que supone impedir un aproximación desde cualquier ángulo - pero el esquife se sigue acercando. Cuando una de las mangueras se desliza, Murphy corre desde el puente de mando para restablecerla, pero, aprovechando la ventaja que supone la brecha en la defensa del barco (que es mucho más grande), los piratas reman junto al Alabama, enganchan su escalera en la barandilla y embarcan mientras su esquife es arrastrado por la resaca.

Segundos antes de que los piratas irrumpan en el puente de mando, Phillips dirige a Murphy y a la tripulación con su radio, dándoles instrucciones para que se escondan en la sala de máquinas hasta que escuchen la contraseña sin coacción. "Recordad: vosotros conocéis este barco, ellos no", les dice, parando el Alabama y transfiriendo el control a la sala de máquinas.

Enseñando sus armas, los piratas atacan el puente de mando mientras que Phillips y algunos hombres de su tripulación permanecen indefensos. "Tranquilo", le dice Muse a Phillips. "No es Al Qaeda. Tan sólo son negocios". Muse y su tripulación están entusiasmados cuando se enteran de que el barco es estadounidense: el rescate será cuantioso. Pero cuando no puede activar el panel de control, se enfada. "¿Dónde está la tripulación?" "No lo sé", miente Phillips. Muse se monta en cólera, amenazando con matar a cualquier miembro de la tripulación en el puente de mando si los demás miembros no aparecen. Para apaciguar a los piratas, Phillips se ofrece a inspeccionar el buque con Muse, que ha confiscado el radio del capitán. Ambos se van con Bilal como respaldo, mientras Najee vigila el puente de mando, y Elmi patrulla las cubiertas.

Dejando a la tripulación recluida en el calor sofocante de la sala de máquinas, Murphy corre al comedor para coger agua. Mientras tanto, en la visita guiada de Phillips, Muse no encuentra a la tripulación del Alabama por ninguna parte, y exige que se inspeccione la sala de máquinas, bajo la cubierta. Para ganar tiempo, Phillips distrae a Muse y Bilal llevándoles al comedor para coger agua, donde no logran ver a Murphy, quien se refugia en una cámara frigorífica y, al ver los pies descalzos de Bilal, comunica por radio a la tripulación que dejen un vaso roto en la puerta de la sala de máquinas. La trampa funciona: Bilal, que va delante de Muse y Phillips escaleras abajo y entra a la sala de máquinas, pisa el vidrio, sufriendo severos cortes. Phillips le convence para que busque primeros auxilios, y los dos se dirigen al puente de mando, dejando a Muse solo inspeccionando la sala de máquinas. Antes de que la linterna de Muse encuentre a la tripulación del Alabama escondida entre la maquinaria, éstos le sorprenden y desarman, cortándole la mano.

Cuando la noticia de la captura de Muse llega al puente de mando, Phillips dispone de la autoridad para negociar un acuerdo: su tripulación pondrá en libertad a Muse y entregara los 30.000 dólares que se encuentran en la caja fuerte del barco - si los piratas dejan el Alabama, usando el bote salvavidas que está en cubierta. Para asegurar una transacción sin problemas, Najee insiste en que Phillips acompañe a los piratas en el bote salvavidas hasta que su propio capitán se una a ellos - y luego Phillips podrá volver con su tripulación. Pero una vez que tienen a Phillips y a Muse en el interior, los piratas se echan atrás – tirándose por la borda del Alabama en medio de un tiroteo, con Phillips como rehén.

A medida que el Alabama sigue el rastro del caluroso y estrecho bote salvavidas, la armada estadounidense inicia una operación de rescate encabezada por el destructor USS Bainbridge. Su comandante, Frank Castellano (YUL VAZQUEZ), busca resolver la situación pacíficamente, si es posible, pero el bote salvavidas no debe llegar a las costas de Somalia. "Esto se está complicando", dice el comandante; los SEAL están en camino, para brindar apoyo adicional.

Al caer la noche, el destructor tiende una emboscada al bote salvavidas, deslumbrándole con la sirena y una luz cegadora, deteniéndolo en su recorrido. Por la mañana, la marina envía un negociador a bordo de un bote inflable, pero los ánimos de los piratas se caldean cuando no llega la oferta del rescate, y Najee dispara su arma cerca de la cabeza de Phillips. "Esto está fracasando," dice Phillips a Castellano, por la radio del bote salvavidas. El bote salvavidas se escapa, perseguida ahora por el Bainbridge y su apoyo recién llegado - la fragata USS Halyburton y el buque de asalto anfibio USS Boxer.

Tras un día estresante, al llegar la noche Phillips ve su oportunidad. Esperanzado por el incremento de la presencia de la marina, consigue permiso para saltar a la cubierta para hacer sus necesidades, pero en lugar de eso se lanza al agua – hacia el distante Bainbridge. Tras una ráfaga de AK-47 de Najee y una refriega bajo el agua, Phillips es arrastrado de nuevo a bordo.

Mientras Najee golpea a Phillips, en el Bainbridge, los SEAL saltan en paracaídas y asumen el control de la operación armada. En un amago, el Comandante SEAL (MAX MARTINI) se comunica por radio con Muse, afirmando haber contactado con los líderes tribales de los piratas. El comandante SEAL lo presiona a hacer un trato: Muse puede venir a bordo del Bainbridge a negociar, mientras que el bote salvavidas, al que le queda poco combustible, será remolcado a un punto de intercambio. Phillips le dice al alterado Muse, que está ponderando sus opciones, "Tiene que haber algo más que ser un pescador y secuestrar personas." "Tal vez en Estados Unidos" responde Muse.

Con la llegada de los botes inflables para recoger a Muse, la armada engancha un cable de remolque a la parte delantera del bote salvavidas y le da a Phillips una muda de ropa limpia - una camisa de color amarillo chillón... Phillips reconoce la señal - los SEAL quieren que destaque en la oscuridad. Después de haber puesto trabas el mayor tiempo posible, Muse por fin accede a subir a bordo del Bainbridge. Con el líder de los piratas a bordo del buque de la armada y el bote salvavidas en el remolque, tres francotiradores toman sus posiciones en la popa del destructor. Para ejecutar la orden, los tres tienen que encontrar una línea de visión clara de sus objetivos - y tienen que hacerlo a la vez. Con la esperanza de atraer a Najee hacia una ventana para un tiro limpio, el Bainbridge genera una fuerte estela, sacudiendo el bote salvavidas con el cable de remolque. Phillips, detectando que el momento decisivo se cerca, coge papel y lápiz y escribe una última carta a su familia.

Najee arrebata la nota de Phillips, obstruyendo la visión de los francotiradores. Los piratas atan y vendan los ojos a Phillips, y Najee, fuera de sí por la ira, coge su arma. Sabiendo que la armada está a la escucha, Phillips les pide que transmitan su adiós a su familia. Najee, con el dedo en el gatillo, camina hacia delante, justo cuando los SEAL dan la orden de detener el remolque, los bandazos del bote salvavidas empujan a Najee a la línea de mira de un francotirador. En el centro de información y combate del Bainbridge, los tres objetivos están en línea. Tres estallidos, tres ventanas rotas, y Phillips, desorientado, salpicado de sangre, afloja la venda y descubre tres cadáveres en el suelo de la embarcación. En la sala de detención del Bainbridge, los agentes reducen a Muse y se lo llevan esposado.

Recuperándose y dirigiéndose a la enfermería, el estupefacto Phillips apenas puede decir su nombre. Un médico del Bainbridge le asegura algo que no puede creer - "estás a salvo, estás bien" – entonces da rienda suelta a una auténtica oleada de emoción inesperada hasta para él.