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Turbo cartel reducido finalTurboDirigida por David Soren
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Comienza la carrera
TURBO, afirma el director y coguionista David Soren, es un cóctel de los géneros cinematográficos de superhéroes y carreras, pero, "en el fondo, TURBO realmente es la historia de un seguro perdedor. El personaje de Turbo tiene todas las características del que parte en desventaja. Nadie espera nada de los caracoles, cuyas vidas rebosan de obstáculos, como el de ser lentos con avaricia. Pero cuando escarbamos en su interior, un caracol es el personaje central perfecto para el relato de un presunto derrotado".

Pero, ¿qué es eso de convertir a un caracol de jardín del montón en un poderoso molusco que viaja a velocidad de vértigo? "El sueño de Turbo de convertirse en algo del todo opuesto a su naturaleza, está en su punto para crear conflictos, sorpresas y acabar en un satisfactorio desenlace, justo cuando se hace realidad", dice Soren.

A Soren se le ocurrió la idea de TURBO hace casi una década. Se lo contó a la dirección de DreamWorks Animation en uno de los cónclaves de los "programas de lanzamiento" de la empresa, en la que los empleados de DreamWorks pueden lanzar sus ideas de posibles proyectos futuros. "En su momento era una idea muy compleja: ‘A Todo Gas con Caracoles’", recuerda.

A medida que fue desarrollando el concepto, Soren se inspiraba en sucesos y en personas muy cercanas. Su musa principal, observa, "fue mi hijo pequeño, que desde antes de poder hablar estaba obsesionado con los coches de juguete y las carreras, y que identificaba a prácticamente cualquier coche de la calle por marca y modelo".

Soren también halló motivación en su propio jardín delantero, víctima de un "problema caracolero" que estaba devorando sus propias tomateras. "Este matrimonio entre lentitud [los caracoles] y velocidad [la preocupación de su hijo] fue el catalizador que me llevó a que el meollo de la historia se centrara en un caracol con sueños de gloria en las carreras".


Historia de dos hermanos
A medida que continuaba el trabajo del guión (escrito por Soren, Darren Lemke y Robert Siegel), los realizadores dieron inicio al prolongado proceso de confección del reparto, comenzando son su héroe titular. Habiendo empapado a Turbo de características que abarcaban las de supuesto perdedor, superhéroe y personaje de cómic con el que fuera posible identificarse, no hay duda de que Soren no se puso las cosas fáciles. Por suerte, los indispensables trastazos –cómicos y dramáticos–, y el personaje que supera a la realidad, están encarnados por Ryan Reynolds, a quien Soren describe como "la horma del zapato" de Turbo.

Antes de fichar al actor, que estaba dando fin a su trabajo en la película de DreamWorks Animation Los Croods: Una Aventura Prehistórica, el jefe de la empresa, Jeffrey Katzenberg, y el director, David Soren, dejaron caer el concepto del argumento. "Jeffrey lanzó la idea acerca de este personaje que tiene el sueño imposible de ganar las 500 Millas de Indianápolis", recuerda Reynolds. "Yo le pregunté: ‘¿Qué tiene eso de imposible?’ Y él dijo: ‘Es que Turbo es un caracol’. A lo que respondí: ‘¡Eso sí es imposible!’".

"Pero todo ello resultaba asombroso, y yo me enamoré de este clásico relato de alguien que no tiene posibilidades de ganar, y que TURBO eleva de categoría", prosigue Reynolds. "Hace falta un punto de vista único, o puede que insensato, para darle vida a un caracol de esta forma. Lo que más me gusta de Turbo es su tenacidad y su negativa a renunciar a su sueño. A decir verdad, ni siquiera se le ocurre rendirse. El talento es un encontronazo entre la suerte y el trabajo duro, y Turbo es eso".

La forma como Reynolds abordó el personaje estaba en sintonía con la idea que Soren tenía de Turbo. "La característica definitoria de Turbo es que nunca quiere abandonar", asegura el director. "Su sueño es absurdo y, pese a todo, persiste para hacerlo realidad. El golpe de suerte de Turbo, que le hace adquirir supervelocidad, no es la solución de su problema ni tampoco lo que hace que Turbo sea… Turbo, sino su constancia. Y eso es algo que parece llegar personalmente al público".

Darle vida a un personaje rico y bien definido fue un proceso y una investigación que se desarrollaron a lo largo del tiempo. Soren observa que Chet, el hermano de Turbo, es otro catalizador que contribuyó a la definición de Turbo. "La película se llama TURBO, pero es en gran medida un relato sobre dos hermanos caracoles: Turbo y Chet", explica el director. "Turbo es el soñador; y Chet, el realista. [Otra pareja de hermanos –los dueños de la camioneta de tacos, Tito y Angelo– también son fundamentales para la dinámica Turbo-Chet; más adelante, hablaremos más de los bípedos 'Dos Bros']".

Chet es el hermano mayor de Turbo y su polo opuesto. Excesivamente precavido y siempre práctico, la principal prioridad de Chet es mantener a salvo a su hermano, pero Turbo parece empeñado en desbaratar el proceder de Chet, que se resume en "lo primero, la precaución". Para proteger a Turbo, Chet opina que debe disuadir a su hermano de forjarse su sueño imposible. Quiere que se ciña a la vida de sus hermanos caracoles y que sude tinta en la Tomatera. Chet es un miembro respetado de la comunidad de los caracoles, de la que Turbo sigue siendo un paria.

Una vez más, Soren se encontró creando un papel para el que, aparentemente, no era fácil dar con un actor. "La parte supone un reto en el sentido de que Chet, que cree llevar en su corazón lo que más le conviene a Turbo y siempre quiere proteger a su hermano, es autoritario y, en ocasiones, de forma sofocante", explica. "Sabíamos que haría falta un talento especial para lograr que Chet fuera tan divertido como los Caracoles de Carreras".

En consecuencia, ¿qué otra cosa podría hacer Soren más que recurrir a alguien al que denomina "uno de los actores más grandes de nuestra generación", Paul Giamatti? "Paul no puede hacer nada mal", asegura el realizador, que advierte que Chet no es distinto de los personajes perpetuamente discutidores que Giamatti interpretó en las aplaudidas películas Entre Copas y Win Win (Ganamos Todos). "Paul tiene una singular habilidad de resultar agradable incluso cuando trata de reprimir a la gente", dice Soren. "Es un don francamente excepcional".

La elección de Giamatti también fue motivada por la devoción de Soren por las películas de quienes parten con desventaja, como Rocky, Karate Kid, Rudy. Reto a la Gloria, y, sobre todo, El Relevo. "He visto El Relevo veinte veces, y la he diseccionado de principio a fin tratando de averiguar cómo captaron esa magia basada en los personajes", reconoce Soren. Es esa película, Paul Dooley interpreta al bienintencionado padre que desaprueba la obsesión de su hijo (Dennis Christopher) con las carreras ciclistas italianas. "Eso fue realmente la inspiración de la dinámica entre Turbo y Chet, y la primera vez que me encontré con Paul [Giamatti] hablé con él sobre El Relevo y cuando mencioné el personaje del padre, Paul comprendió inmediatamente de qué estaba hablando y le sacó el máximo partido".

Reynolds y Giamatti examinaron con más detalle su fraternidad en pantalla durante una rara oportunidad de grabar algunas escenas juntos, en una sesión celebrada en Nueva York. "Resultó fantástico ponerlos frente a frente en una habitación", observa la productora Lisa Stewart. "Trabajando juntos pudieron profundizar aún más en los personajes".


Equipo Turbo – Los caracoles de carreras
La otra relación clave de Turbo es la que mantiene con el grupo conocido como Los Caracoles de Carreras, que, al cabo, forman su equipo de boxes en las 500 Millas de Indianápolis.

Los Caracoles de Carreras son: Látigo, Rufián, Fuego, Derrape y Sombra.

A diferencia del superpotente Turbo, el grupo está formado por cuatro moluscos del montón pertenecientes a la variedad de jardín. Pero, al igual que Turbo, estos adictos a la adrenalina insisten en vivir a tope. Lo que les falta de velocidad, lo compensan con sus ingeniosos métodos de ganar carreras: un estilo singular de recorrido de circuito de obstáculos en el que bajan en trineo por canalones, saltan en paracaídas desde postes de teléfono y cruzan líneas de conducción eléctrica con tirolinas. La combinación de humor, inventiva y ánimo los convierte en el equipo de boxes más inolvidable de la historia de las carreras.

Los Caracoles de Carreras son mucho más que un toque de humor. "Encarnan exactamente lo que Turbo significa, que es no permitir que tus limitaciones pongan freno a tus sueños", comenta Soren. "Y con esa filosofía, llevan una vida francamente plena. Como equipo de boxes de Turbo, le ayudan a alcanzar su destino: aceptar quién es y de dónde viene".

Antes de que Turbo apareciera en escena, Látigo era el carismático jefe y vigente campeón de los Caracoles de Carreras. Para formar parte del equipo de Látigo hace falta ganarse su respeto… y salvo que uno lo haya conseguido, jamás verá al verdadero Látigo: un tipo afectuoso y jovial que trata a su equipo como a su familia.

Samuel L. Jackson da vida a Látigo. Este candidato al Premio de la Academia® afirma que "quiso aportar un cierto sentido de bravuconería y extrema seriedad" al personaje, ejemplificadas en una estruendosa charla para levantarle el ánimo a Turbo que pronuncia en el clímax de la película. "Látigo le habla a Turbo como entrenador y como líder, y le anima a dar lo mejor que tiene", explica Jackson. "Y eso incluye prestar atención cuando hay que prestarla. El trabajo de Látigo y de todo el equipo es transmitir a Turbo un sentido de agresividad, autoconfianza y carácter".

Al igual que muchos de los realizadores, Jackson aceptó el enfoque que la película da a la historia de un presunto perdedor. "A todos nos gustan los que parten con desventaja, ¿y quién puede tenerla mayor que un caracol que compite en las 500 Millas de Indianápolis? Al mismo tiempo, cuando uno le dice a la gente que está rodando una película sobre caracoles de carreras, la respuesta es siempre ‘¿de verdad’?; porque los conceptos no casan. Pero cuando vean TURBO, pensarán: ‘Vale. De acuerdo. Mi mente es capaz de aceptarlo’".

Sobre la elección de Jackson, Soren dice lo siguiente: "Cuando uno tiene a Sam Jackson en la película, uno sabe que va a obtener una asombrosa energía, y Látigo era el personaje perfecto para aprovecharla".

Otro Caracol de Carreras, Rufián, es interpretado por el legendario cantante/ rapero/ compositor/ actor Snoop Dogg. Rufián es un camión de ejes bajos totalmente en onda, que luce una ostentosa concha. Puede ver las vueltas y revueltas ocasionadas por las aventuras de Turbo, incluso las más temerarias, desde un punto de vista sin igual.

Soren escribió el personaje teniendo en mente a Snoop. "Quería que cada uno de los Caracoles de Carreras tuviera una personalidad y unos rasgos visuales bien diferenciados", explica. "Snoop interpreta francamente bien al tipo despreocupado, practicante del budismo zen, y cuando escribía la parte de Rufián, no dejaba de oír su voz".

El único miembro de la rama femenina del equipo es Fuego, que no tiene problema alguno en defenderse en medio de sus compañeros de equipo, movidos por la testosterona y adoradores de la velocidad. Astuta y caradura, y siempre mascando chicle, Fuego oculta su lado amable bajo una dura cáscara exterior (adornada con tremolantes llamas). El icono de SNL Maya Rudolf da vida a Fuego.

Soren afirma que una de las primeras inspiraciones de Fuego provino, en parte, de un personaje de la clásica comedia de situación de los años 70 y 80 Happy Days: Pinky Tuscadero, la superimpasible aficionada a las carreras de motos de la clase "Demolition Derby" y perpetua mascadora de chicle. Soren lo explica: "Una vez que elegimos a Maya, vimos mucho de su trabajo en Saturday Night Live, y nos gustó especialmente un personaje que mascaba chicle y que ella interpretaba en el programa. Ello nos condujo a establecer la conexión con Pinky Tuscadero, y así fue como armamos el personaje de Fuego".

Fuego se muere por los pedazos de Chet, el hermano de Turbo, que inmediatamente le hace sentir una gran pasión. "Ella es muy descarada", dice Rudolph, "y no tiene ocasión de conocer a muchos de fuera del grupo, por lo que la aparición de Chet en escena es algo grande para ella".

Otro Caracol de Carreras, Derrape, todo un maestro del lenguaje vulgar, es el combativo segundo de Látigo. Su concha está trucada como un dragster, y es proclive a emitir prolongados sonidos de derrape. Ben Schwartz, protagonista de la exitosa serie de Showtime House of Lies, se hace cargo del papel, al que aportó, afirma Soren, algunas habilidades locas e improvisadas.

Luego tenemos a Sombra, que se parece a un intrigante cruce entre Jabba el Hut y Evel Knievel. Lleno de falsas bravuconadas y auténticas carcajadas, Sombra se considera "rápido como una sombra" –ignorando por completo que las sombras no son intrínsecamente rápidas–. Un antiguo artista de guiones gráficos de DreamWorks Animation, llamado Mike Bell, prestó, provisionalmente, su voz, de un descomunal estilo bajo profundo, y resultó tan eficaz en el papel, que una breve interpretación se convirtió en un papel de coprotagonista.


Equipo Turbo (Vertebrados)
Otro equipo –esta vez humano– se convierte en parte inseparable de la odisea de Turbo. Conozcamos, por último, a los pintorescos dueños de tiendas del centro comercial Starlight Plaza, sito en el Valle de San Fernando, de Los Ángeles, que pasan de reacios a fervorosos patrocinadores de la pretensión de Turbo de correr en las 500 Millas.

El equipo del Starlight amplía el mundo de la película, dice Soren. "Empezamos en el universo de los caracoles y el ámbito y los efectos visuales de la película se amplían gradualmente hasta abarcar un entorno mucho más espacioso".

El jefe de este grupo es Tito, copropietario con su hermano Angelo, de un negocio de tacos, que pasa sus apuros, y al que llaman "Dos Bros Tacos". La verdadera pasión de Tito no se encuentra en la carne picada y las tortillas, sino en las carreras de caracoles que organiza junto con los demás dueños de tiendas del Starlight Plaza, como medio de llamar la atención sobre sus negocios. "Tito adora la vida y la aventura", dice Michael Peña (World Trade Center), que interpreta al empre-taco. Como Turbo, Tito alberga grandes sueños. "Su eslogan para las pruebas, que confía en que también estimulen el negocio de los tacos, es ‘Usted viene por las carreras de caracoles y se queda por las chimichangas’".

Es Tito el que introduce a Turbo en su mundo de las carreras de caracoles del centro comercial y quien, en última instancia, lo lanza al viaje que le llevará a la gloria en las 500 Millas. Todo empieza cuando Tito caza a Chet y Turbo y, con la intención de que sean sus más recientes competidores en las carreras de caracoles, los transporta al Starlight Plaza. Tito no tiene ni idea de que ha atrapado a un rayo en una botella.

Cuando Turbo entra en la vida de Tito a 200 millas por hora, Tito se siente inspirado y las dos almas gemelas emprenden la caza de sus sueños imposibles. Cada uno tiene a un hermano criticón con una visión de la vida más pegada a tierra. El homólogo de Chet es Angelo, el hermano mayor de Tito, un fabricante de tacos que suplica a Tito que se olvide de las carreras de caracoles y que se limite a "¡vender algunos tacos!".

"Angelo sólo trata de llevar un negocio", dice el veterano actor de carácter Luis Guzmán, que se encarga del papel. "Se toma sus tacos muy en serio, y conseguir que Tito se centre es todo un trabajo por sí mismo. Tito tiene un corazón de oro y tiene sueños. También los tiene Angelo, pero los suyos giran menos en torno a Caracoles de Carreras que a la venta de millares de tacos".

Las vidas paralelas de los hermanos proporcionan humor y alma adicionales, así como algunos efectos visuales ingeniosos –como cuando Turbo y Tito tratan simultáneamente de vender a sus escépticos hermanos la idea de que Turbo participe en las 500 Millas–. "Ésa es mi escena favorita de la película", reconoce Soren. La productora, Lisa Stewart, siente un entusiasmo parecido por el personaje de Tito, al que llama uno de sus favoritos, "porque su punto de partida es un desenfrenado optimismo y, al final, llega al mismo sitio. Es imposible no quererlo".

Y quizá sea Peña al que el personaje ha llegado a apasionar más: "Yo actué en TURBO por razones egoístas", apunta. "Quiero decir: ¿es que hay alguien que no quiera dar vida al héroe de sus hijos?".

El miembro principal del grupo de Starlight Plaza es Kim Ly, una anciana cascarrabias propietaria de un salón de manicura y pedicura que no tiene pelos en la lengua. Las habilidades del oficio de Kim Ly acaban siendo útiles cuando, como miembro del equipo de boxes de Turbo, pinta, pule y abrillanta la concha de carreras de Turbo.

"Kim Ly es amenazadora, pero, en general, adorable", afirma Ken Jeong (de la trilogía del Resacón). Es cualquier cosa pero nunca ha sido encasillada como una mujer anciana. "Tiene su pizca de mala uva y puede cantarle las cuarenta al mejor de ellos". Kim y los demás dueños de las tiendas financian el viaje de Turbo a Indianápolis, con la esperanza de sacar tajada cuando él cruce la meta. Pero hacia el final del viaje, "coge verdadero afecto a Turbo y al resto del equipo", dice Jeong.

Acerca de su inesperada elección para el papel de una anciana vietnamita, Jeong dice que cuando vio la película, "¡de alguna forma todo encajaba!". Pero Soren sabía que tenía al actor adecuado para el papel después de haber visto a Jeong en un programa de entrevistas de ámbito nacional. "Estaba imitando a su madre y a su suegra, y sonaba como una mujer mayor", recuerda Soren. "Y me dije a mí mismo: ‘Ahí está Kim Ly’. Hablé con Ken sobre el particular, y le encanta estar –digámoslo así– dirigiendo a su suegra para el papel".

E igualmente dura, aun siendo con ventaja el miembro más joven del conjunto del Starlight, es Paz, dueña y encargada de un taller de reparaciones de automóviles. Espabilada y luchadora, la pasión de Paz son los coches y ha invertido en su garaje hasta el último céntimo. Es perspicaz, tiene un cáustico sentido del humor y prefiere ir al grano.

Michelle Rodríguez, que ha intervenido en varias de las películas de la serie A Todo Gas, encarna a Paz. Su relación con tan taquillera franquicia y su elección para TURBO no es coincidencia, según Soren. "Es, rotundamente, mi homenaje de admiración por esas películas y una forma de que captemos un poco de ellas y mostremos el respeto que nos merecen. Michelle tiene una excelente voz: definida y áspera y perfecta para Paz".

Bobby, miembro del equipo del Starlight, es el propietario de una de las tiendas de pasatiempos menos valoradas (y menos frecuentadas) del Valle de San Fernando. Es un talentoso constructor de maquetas y diseñador jefe de las conchas de los Caracoles de Carreras. El actor candidato al Oscar® Richard Jenkins (The Visitor) es Bobby.


Ídolos de los circuitos – De lo vivo a lo filmado
De proporcionar un marcado contraste con las cualidades propias del hombre de la calle que caracterizan al conjunto del Starlight Plaza, se encarga el ególatra superestrella Guy Gagné, un franco-canadiense que ha vencido en 5 ocasiones en las 500 Millas. Guy transmite la impresión de ser un seductor excéntrico pero carismático, aunque en realidad es un narcisista competitivo que hará lo que sea para ganar. Es todo velocidad sin corazón.

Cuando conocemos a Turbo, él es el admirador número uno de Guy: ve una y otra vez los vídeos de los triunfos de su ídolo en las carreras, y los de sus entrevistas, mientras sorbe la bebida energética que Guy promociona. Guy –o al menos su imagen pública– inspira a Turbo, hasta que los dos se encuentran cara a cara (es decir, si es que los caracoles tiene cara) en las 500 Millas de Indianápolis, donde Guy descubre su auténtica naturaleza.

"Guy es el piloto de coches de carreras más grande del mundo y le hace feliz recordárselo a todos", dice el actor de SNL Bill Hader, que se encarga del papel. "Siempre estoy buscando nuevos retos y nunca había interpretado a un piloto de coches de carreras franco-canadiense, ni había empleado ese acento", bromea Hader, que tiene experiencia con personajes poco convencionales como el "corresponsal" de clubes nocturnos de SNL, Stefon; el presentador italiano de programas de entrevistas Vinny Vedeci, que fuma como un carretero, y el presentador de concursos Vince Blight.

Soren observa que un acento franco-canadiense no es fácil de reproducir, siendo ésa una de las razones por las que recurrió a Hader. "Bill entró y, literalmente, el personaje que oímos en la pantalla salió de su boca sin que le faltara detalle". Todo un elogio viniendo de Soren, que es canadiense, pero Hader reconoce haber investigado acentos en YouTube antes de hacer la prueba de lectura para Soren.

A fin de garantizar la máxima autenticidad y transcendencia de las escenas de gran velocidad de las 500 Millas de Indianápolis que vemos en TURBO, los realizadores echaron mano de las figuras más representativas del mundo de las carreras. Dario Franchitti, cuatro veces campeón de la Serie IZOD IndyCar, y tres veces ganador de las 500 Millas, fue el principal asesor en asuntos de carreras. El legendario Mario Andretti, los destacados conductores Helio Castroneves y Will Power también proporcionaron información inestimable.

"Tuvieron un papel decisivo a la hora de ayudarnos a lograr que nuestras 500 Millas resultaran en la pantalla tan auténticas como fuera posible", asegura Soren. "Yo estaba profundamente convencido de que reproducir una carrera auténtica era esencial para elevar el listón de Turbo. Y, dado que nuestro concepto argumental es evidente –y literalmente– de película, quería que todo cuanto rodease a la idea resultara creíble y real. Ahí fue donde contar con asesores de carreras fue de especial ayuda".

Lisa Stewart añade: "Uno de nuestros grandes retos fue lograr que el público dejara a un lado su incredulidad y acompañara a Turbo en este viaje. Por lo tanto, nos aseguramos de colocar a nuestros personajes en un mundo que fuera auténtico".

Soren asegura que sus conversaciones con Franchitti fueron especialmente instructivas. "Hablamos de la primera vez que Dario corrió en un coche Indy; de cómo se metió en las carreras, y de las emociones que acarrea la primera gran competición de un conductor", recuerda el director. "El personaje de Turbo participa en su primera carrera, por lo que resultó inestimable que Dario nos diera su visión de la experiencia, y que nos condujera a través de las vivencias auditivas y visuales que rodean al conductor".

Aunque tiene experiencia en actos sofisticados y muy destacados, y en la meticulosa preparación, Franchitti quedó deslumbrado por el proceso de realización cinematográfica, que llegó a experimentar de primera mano. "Era fascinante ver el nivel de los detalles que había en la realización de TURBO", dice, entusiasmado. "Me dejó impresionado el deseo de David Soren de aprender todo lo que pudiera sobre las 500 Millas".

Franchitti espera que la representación cinematográfica de la épica carrera atraerá a un mayor número de nuevos aficionados. "Creo que TURBO va a abrir la fórmula Indy a un público completamente nuevo", asegura. "Cuando vi la pasión de todos los que trabajaban en la película, y la de crear la mejor escena de carreras posible, pensé que cualquiera que vea la película puede convertirse en aficionado a las carreras".

Además, la organización que autoriza las carreras de la fórmula Indy 500, facilitó acceso al circuito de Indianápolis y a otros eventos clave, como el Gran Premio de Long Beach. Esto era importante para que la escenas de carreras conservaran su autenticidad. "Nuestro equipo de diseño tomó decenas de miles de fotos, sin perdonar ni el mínimo detalle de estas instalaciones, desde la textura de la pista hasta los detalles del personal de boxes, del equipo y de los garajes", explica Soren.

La búsqueda emprendida por los realizadores en pos de la verosimilitud de la carrera, llegó hasta el punto de correr como copilotos en coches de fórmula Indy modificados. Vistiendo trajes ignífugos y la completa indumentaria de los pilotos, Soren y Stewart, así como los jefes clave de departamento se apretaron los cinturones de seguridad, y canalizaron el Franchitti que llevaban dentro mientras recorrían la pista a velocidades que superaban las 180 millas por hora. "Fue algo emocionante, intenso y de miedo", asegura Stewart. "E incluso nos pasamos con la adrenalina cuando mi coche dio una vuelta de 270 grados y, luego, se quedó parado. ¡Dios mío! ¡Eso sí que fue aterrador!".

El uso que hace Soren del 3D intensifica las emociones de la secuencia de las 500 Millas, haciendo que el espectador sienta "que está allí", además de incrementar los retos a los que se enfrenta Turbo con los coches que corren a su lado, y que para él son el colmo de los monstruos superpotentes. "Yo también quería darle al estéreo un tratamiento temático", dice Soren. "El público lo percibirá cuando se abra el mundo de Turbo, y el 3D permitirá que los espectadores experimenten la magia que el protagonista siente".

Más allá del circuito de carreras, Soren también descubrió que el 3D realzaba la vulnerabilidad de los caracoles, destacando las enormes diferencias de escala entre ellos y los objetos y las texturas que los rodean. "Bajar hasta su nivel y meterse en su mundo con el 3D, verdaderamente refuerza el efecto global y la relación con los personajes", explica.

El equipo de TURBO dotó de una autenticidad semejante a los demás ambientes, captando en toda su intensidad el aura de decadencia del Centro Comercial Starlight, y el prosaico mundo de la Tomatera.

El viaje de cada mañana a la planta se ve interrumpido por la súbita aparición de un cuervo, que se lanza en picado para liquidar a un desafortunado caracol. Es una desdicha pero forma parte de la jornada. También tienen que enfrentarse a amenazas que no vuelan, como un infantil asesino de caracoles montado en un triciclo, y el temido "Jardinero Day" y su arma favorita: un cortador de césped y sus mortíferas cuchillas. Al llegar a la planta, los caracoles fichan, y de forma lenta (¿es que hay otra?) y metódica se ocupan de sus rutinarias tareas de recolección de tomates: "cortarlos/ ordenarlos/ comerlos".

Otra ubicación clave, el Centro Comercial, capta el espíritu del Valle de San Fernando de una forma que anteriormente no se había visto en largometrajes de animación ni en la mayoría de las películas de acción real. "Lo fantástico de que la producción de TURBO tuviera su sede en Los Ángeles es que resultase tan fácil acceder a todos nuestros exteriores y que se simplificara toda nuestra labor de investigación", dice Soren. "Rodando en lugares remotos, los realizadores tienen a menudo que recurrir a realizar la mayor parte de la investigación on line, pero yo animé con todas mis ganas a nuestros equipos a que salieran de sus oficinas y tomaran fotografías por todo el Valle. Y eso distingue señaladamente a la película. La sensación que transmite es mucho más específica".


La línea de meta
Una de las últimas etapas de la carrera para dar fin a TURBO fue el complicado diseño de sonido creado por el triple ganador del Premio de la Academia, Richard King (El Caballero Oscuro, Origen, Master and Commander: Al Otro Lado del Mundo). King colaboró estrechamente con Soren para definir aún más los vigorosos personajes y los trepidantes ambientes a través de sus respectivos sonidos. Entre sus retos principales estuvo la creación de los sonidos característicos de Turbo cuando aumenta su potencia durante las carreras; y luego diferenciarlos de los aterradores y ensordecedores motores de los treinta y dos coches de fórmula Indy 500 que compiten con él.

Soren también utilizó técnicas de última tecnología para crear las escenas del público durante las 500 Millas: 300.000 personas. (Es el acontecimiento deportivo más grande del mundo). "Hay más gentío en TURBO que en cualquier película de la historia del género de animación", asegura el director. Para lograrlo, "ideamos un sistema que nos permitió abarcar grandes multitudes con periodos de interpretación relativamente cortos, de una forma que nunca antes había sido posible".

Esta clase de brujería técnica también estuvo al servicio de los pintorescos personajes de TURBO y de su clásico relato del competidor en desventaja, con su giro inesperado. "Creo que el público respaldará decididamente la determinación y los sueños de Turbo", dice Soren. "Hay algo especial en las historias de los que parten en desventaja que hace imposible que uno no empiece animando al personaje, se deje arrastrar por él y acabe volcándose con él. Y al final, uno acaba mentalizado".

"Me siento muy orgulloso de que TURBO parezca aportar una clase especial de relación emotiva, satisfacción y dedicación a los personajes".