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El profesor de violín cartel reducidoEl profesor de violín(Tudo que aprendemos juntos)
Dirigida por Sérgio Machado
¿Qué te parece la película?

De la mano de los productores de 'Una segunda madre', 'Tabú' y 'El lobo detrás de la puerta'. El profesor de violín, de Sergio Machado. Pasó por los festivales de LOCARNO y SÂO PAULO.

PREMIO DEL PÚBLICO . FESTIVAL DE SAO PAULO 2015
FESTIVAL DE LOCARNO 2015


Ficha artística
Lázaro RAMOS - Laerte
Kaique JESUS - Samuel
Elzio VIEIRA - VR
Sandra CORVELONI - Alzira
Fernanda DE FREITAS - Bruna


Sérgio Machado (dirección, guión)
Sérgio Machado empezó realizando películas en 1993, con el cortometraje Troca de Cabeças. En 1995 empezó a trabajar con Walter Salles. Ayudante de dirección en Central do Brasil, O Primeiro Dia y guionista en Abril Despedaçado. Sérgio también coescribió el guión de Madame Satã de Karim Aïnouz.

En 2001, dirigió el documental Onde A Terra Acaba, sobre el realizador Mario Peixoto, galardonado en 15 Festivales de Cine entre los que están los de Biarritz, La Habana y Río. Ganó más de 30 premios con su primer largometraje Ciudad Baja, incluyendo el Premio de la Crítica Joven en Cannes.

En 2007, dirigió y coescribió con Karim Aïnouz la serie de televisión Alice para HBO. En 2009, adaptó y dirigió la novela de Jorge Amado, Quincas Berro D’Agua. También dirigió, con Fernando Coimbra, el documental Aqui Deste Lugar.


Entrevista con el director y guionista, Sérgio Machado

P: ¿Qué te empujó a contar esta historia? ¿Y qué relación tiene con tu propia experiencia vital?

R: Soy hijo de músicos y pasé parte de mi infancia rodeado de una orquesta. Mi padre tocaba la tuba y el piano, y mi madre el fagot en la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Bahía. Ambos eran estudiantes y no podían permitirse una niñera, así que crecí entre instrumentos escuchando música clásica. De hecho, yo estudié piano y violín, pero nunca me lo tomé en serio debido a mi escaso talento musical.

La película me ha traído muchos recuerdos que estaban borrosos y se trata sin duda de un homenaje a mis padres.

También es un proyecto personal porque me siento muy identificado con el dilema del personaje, un violinista que sufre una crisis nerviosa en una audición y se enfrenta a la posibilidad de no poder dedicarse a lo que lleva preparándose toda la vida.

Pude avanzar en la escritura del guión cuando comprendí cuánto tenía en común con Laerte. Decidí ser director de cine muy joven y nunca quise ser otra cosa. Tengo miedo a no poder volver a hacer una película algún día y eso es lo mismo que siente el protagonista.

En los últimos años la música ha vuelto a formar parte de mi vida ya que, tras una visita al plató del PROFESOR DE VIOLÍN, mi hijo de diez años quiso aprender a tocar el violín.

Me maravilla que gracias a la práctica de un instrumento, es cada vez más disciplinado y su autoestima ha mejorado. Al aprender a tocar, Jorge también ha madurado y tiene más confianza en sí mismo. Ha hecho grandes progresos y se está preparando para entrar en la Orquesta Sinfónica de Heliópolis porque es la orquesta en la que se inspiró la película.


P: ¿En qué te ha condicionado que la película estuviera basada en un hecho real?

R: Cuando empezamos a trabajar, tratamos de averiguar todo lo que pudimos sobre la historia del Instituto Baccarelli y sobre el universo donde se desarrolla la película. De hecho, Marta Nehring, guionista e investigadora, se mudó durante un tiempo a Heliópolis. Hemos entrevistado a decenas de músicos y profesores y hemos hablado con los miembros originales de la primera Orquesta, que es la que figura en la película.

Le di muchas vueltas al guión con Edilson y Edimilson Venturelli, que dirigen el Instituto Baccarelli. Asistí a clases y llegué a estudiar el cello durante dos meses para estar con los alumnos y comprender sus problemas.

Pero estaba claro que una sola película no podía mostrar la inmensidad de un proyecto que ha sabido ofrecer formación musical a miles de adolescentes que viven en situación de vulnerabilidad social. En el guión definitivo, la película terminó siendo una mezcla de la historia de la creación del Instituto Baccarelli, de la obra "Acorda Brasil", de Antonio Ermírio de Moraes, y de mis propios asuntos personales.


P: ¿Crees que la película puede contribuir al desarrollo cultural y educativo de Brasil?

R: No me hago ilusiones de que esta película -ni ninguna otra- sea capaz de cambiar la realidad de un país. Pero sí creo que puede fomentar el diálogo sobre el papel de las Artes en el desarrollo de nuestros jóvenes. En la última década, Brasil ha hecho grandes progresos en una distribución de la renta más equitativa, pero no ha ocurrido lo mismo en el campo de la educación y el acceso de la cultura.

El cine ha reflejado muy bien nuestros infortunios. La violencia y las diferencias sociales son temas clave del drama que vive Brasil. Películas como 'Ciudad de Dios: Diez años después', 'Carandiru' y 'Tropa de élite' han mostrado al mundo nuestras cicatrices. Cuando me invitaron a dirigir EL PROFESOR DE VIOLÍN pensé que también era importante dar voz a esas personas que buscan nuevas maneras de resolver estos problemas.

Brasil está lejos de encontrar la solución a sus dilemas sociales, pero las nuevas iniciativas de los últimos años indican que la mejor manera de hacer frente a la violencia y a la desigualdad es a través de la cultura y la educación. Así que me pareció importante hablar de ese tema. Puede que las películas no tengan el poder de cambiar la realidad, pero algunas películas importantes se han hecho con esa finalidad.


P: ¿Cómo esperas que el público reciba la historia de tu película?

R: No tengo una idea clara de cómo el público internacional, ni tampoco el público brasileño, percibirá nuestra película. Pero creo en su potencial porque está hecha con mucha pasión y honestidad. El guión plantea cuestiones muy actuales, y el lenguaje universal de la música es el hilo conductor de la narrativa. Creo que esto puede ayudar a que se establezca un diálogo entre EL PROFESOR DE VIOLÍN y personas de diversos países.

Cuando escribo, ruedo o monto una película no pienso en cómo la recibirán. Hago todo lo posible por ser coherente con las cosas en las que creo y con la realidad que estoy retratando.

Con esta película en particular, he pensado mucho en los jóvenes actores que interpretaron a unos personajes que están tan próximos de su propia realidad. Durante el proceso imaginaba lo que sentirían al ver la película por primera vez. En cierto modo, ellos eran el público que tenía en mente cuando estaba rodando.


P: ¿En qué consistió el proceso creativo del guión? ¿Tuviste que investigar? ¿Trabajaste con la orquesta que se ve en la película?

R: Al principio, Maria Adelaide Amaral y Marta Nehring se encargaron de desarrollar el guión de EL MAESTRO DE VIOLÍN. Crearon una estructura inspirada en la obra "Acorda Brasil".

Yo entrevisté a muchas personas que habían asistido a la creación de la orquesta, incluyendo al fundador, el maestro Silvio Baccarelli.

Graziela Teixeira, una violinista de la formación original de la orquesta me sirvió de guía durante la investigación en Heliópolis. Ella me abrió las puertas del barrio y me contó muchas historias que ahora están en la película.

Después, me puse a escribir yo solo y, para crear la versión final, invité al guionista y director Marcelo Gomes ('Cine, aspirinas y buitres'), uno de los realizadores que más admiro.


P: ¿Los adolescentes de la película son actores profesionales? ¿Ya tocaban los instrumentos antes de la película?

R: Mi primer trabajo en el cine fue como ayudante del director y de casting en ESTACIÓN CENTRAL, de Walter Salles. En esa película trabajamos con una mezcla de actores consagrados, actores de teatro y actores no profesionales. Desde entonces he repetido la misma receta en todas mis películas.

En la preproducción de ESTACIÓN CENTRAL conocí a Fátima Toledo, directora de casting del PROFESOR DE VIOLÍN y de la mayoría de mis películas. Fátima y yo hemos desarrollado una amistad que se hizo más fuerte durante los ensayos de CIUDAD BAJA, mi primer largometraje, y acabamos dirigiendo juntos UN PRÍNCIPE ENCANTADO.

En EL PROFESOR DE VIOLÍN contamos con actores experimentados como Lázaro Ramos y Sandra Corveloni (Premio a la Mejor Actriz en Cannes), actores al comienzo de sus carreras como Kaique de Jesús, y personas reales de esas comunidades como Elzio Vieira y el resto de los adolescentes que interpretan a los miembros de la orquesta. La película también cuenta con apariciones especiales de los famosos raperos Criolo y Rappin' Hood y del maestro Marin Alsop, de la Orquesta Sinfónica de Sao Paulo.

Una parte de los adolescentes de la Orquesta eran músicos de la Orquesta de Heliópolis, pero muchos otros no sabían tocar un instrumento. Tomaron clases y como el rodaje se retrasó unos meses, tuvieron la oportunidad de adquirir una base musical más sólida.


P: ¿Cómo fue el casting de Lázaro Ramos para el papel protagonista?

R: Lázaro es un gran amigo. Lo conozco desde el comienzo de su carrera. Dirigí su audición para MADAME SATÃ, la película que le ha convertido en uno de los actores más importantes de su generación.

Hemos hecho juntos la serie de televisión PASTORES DA NOITE, y le llamé para que trabajara en CIUDAD BAJA junto a Wagner Moura y Alice Braga.

Al ver EL PROFESOR DE VIOLÍN tengo la sensación de que nadie hubiera podido encarnar a Laerte tan bien como él. Ahora parece una elección lógica, pero lo cierto es que no lo fue.

Al principio temía que al escogerle, el debate racial eclipsara lo demás. Era algo en lo que había pensado al escribir el guión. No quería que la película fuera una versión contemporánea de REBELIÓN EN LAS AULAS, con Sidney Poitier. Invité a Lázaro para que hiciera una aparición como Messias, el amigo de Laerte.

Después de leer el guión, me llamó y me dijo que tenía que ser Laerte, porque era su historia. Afortunadamente le hicimos caso. La elección de Lázaro ha añadido una nueva capa a nuestra historia. Además de ser un gran actor, Lázaro es el coautor. Conseguía que el reparto se mantuviera unido, hablaba de igual a igual con todos los chicos y, a cambio, ellos seguían su ejemplo.


P: ¿Cómo definirías a Laerte?

R: Creo que hay mucho de mí mismo en el personaje protagonista. Laerte es un hombre impulsivo de Bahía, al que le apasiona lo que hace. Su mayor temor es no poder seguir haciendo algo para lo que se ha preparado toda la vida. Este sentimiento apareció en algún momento del proceso de escritura y decidí llevarlo a la pantalla.

EL PROFESOR DE VIOLÍN cuenta la historia de un músico que se ha preparado muchos años para algo, pero que falla en el momento más importante, como un boxeador que tiembla ante la presencia de su rival, o un delantero que se tambalea durante un penalti. Traté de construir un personaje contradictorio, lleno de dudas y conjeturas, pero coherente con su sueño.

Al conocer una realidad diferente y la singularidad de sus estudiantes, Laerte recupera el placer de tocar que había perdido debido al exceso de disciplina.
Lázaro también ha dado mucho de sí mismo a Laerte: su disciplina, su contención artística y su sentido del humor.


P: Cuéntanos algo sobre las principales características técnicas de la película: la fotografía, el diseño de producción, el vestuario...

R: Salgo de la experiencia del PROFESOR DE VIOLÍN con la sensación de que hemos extraído lo mejor que podía ofrecer la historia. Se lo debo a la perseverancia y al apoyo ilimitado de los productores Fabiano y Caio Gullane que nunca renunciaron a todo lo que era importante para la película.

Marcelo Durst, el director de fotografía, se embarcó en este proyecto con mucha pasión. Llevaba algunos años sin rodar en BRASIL e inundó el plató con su pasión por el cine. Antes del rodaje hice una especie de mapa de referencia visual utilizando cuadros y fotografías. Estudió profundamente ese material y lo sacó adelante maravillosamente bien. Es alguien con quien tengo intención de volver a trabajar en el futuro.

Lo que ha guiado la producción del PROFESOR DE VIOLÍN ha sido la idea, muy abstracta, de que los sentimientos de los personajes serían la razón principal de las decisiones estéticas. Desde elegir las localizaciones, la colocación de la cámara, al uso de la luz o al montaje, todo debía respetar los deseos de los personajes y su subjetividad.

Trabajamos para que las interpretaciones se alejaran de cualquier estereotipo. Al igual que en mis películas anteriores, he invertido mucho tiempo en una preparación intensa y en ensayos exhaustivos para dejar algunos espacios que pudieran rellenar los actores y el equipo durante el rodaje.

Valdy Lopes, el diseñador de producción supo elaborar un diseño artístico riguroso, donde cada detalle se creó para que no se notara. Nuestro concepto era que los personajes siempre debían estar a la vista, y el escenario, el vestuario y el maquillaje sólo debían añadir capas y darles más densidad.

Otro colaborador fundamental fue el montador Márcio Hashimoto, que no sólo puso orden y ritmo a las escenas, sino que también analizó y profundizó en el concepto de cada una de las escenas.


P: La música es un elemento clave de la película. Cuéntanos algo sobre las opciones musicales y la mezcla de tantos estilos diferentes.

R: Debido a la influencia de mis padres, crecí escuchando casi exclusivamente música clásica hasta la adolescencia. Así que una de las tareas más agradables que hice para esta película fue escoger la banda sonora. Durante el año anterior al rodaje asistí a todos los conciertos de la Orquesta de Sao Paulo y llegué a tomar clases particulares de historia de la música.

Durante la preparación también descubrí el rico universo del rap en Sao Paulo, y la poesía que hay en Mano Brown, Criolo, Rappin' Hood, Sabotage y Emicida. Supe desde el principio que el camino de Laerte era de ida y vuelta. Va a Heliópolis para dar clases de música clásica, pero descubre una variada cultura musical y aprende tanto o más que lo que enseña.

No va a Heliópolis pensando en salvar a los alumnos; va para encontrarse a sí mismo. Por eso, era importante que el universo musical contemporáneo tuviera la máxima calidad. Quería que el diálogo fuera equilibrado, sin jerarquías.

Mucha gente ha participado en la banda sonora: Alexandre Guerra, Felipe de Souza, Arthur Nestrovsky, el maestro Edilson Venturelli, todos los que forman Coletivo Instituto. La canción de los créditos finales, un rap compuesto por el genio Sabotaje, arreglado por el maestro Ruriá Duprat e interpretado por la Orquesta de Heliópolis, sintetiza esa búsqueda.

Después de la grabación supimos que uno de los mayores sueños de Sabotaje, asesinado en 2003, era que una orquesta interpretara una de sus canciones.


P: Cuéntanos la historia real en la que se basa la película. ¿Cómo ves la evolución de la Orquesta Sinfónica de Heliópolis desde 1996 a hoy?

R: La película está inspirada en la historia del Instituto Baccarelli, uno de los proyectos de mayor éxito para la inclusión social en Brasil. Comenzó en 1996, después de que un incendio destruyera parte de Heliópolis, la segunda barriada marginal más grande de Latinoamérica. Al maestro Silvio Baccarelli le afectó mucho esta tragedia y empezó a enseñar música clásica a los adolescentes de la barriada.

Ahora, por el Instituto Baccarelli pasan más de 4.000 alumnos todos los años. La Orquesta tiene como maestro a nada menos que el aclamado Isaac Karabtchevsky. Los niños de Heliópolis ya han tocado en Europa, tuvieron la oportunidad de que les dirigiera Zubin Mehta, tocaron con el violinista Joshua Bell, para el Papa Benedicto XVI, y han hecho que se le saltaran las lágrimas al compositor italiano Ennio Morricone.

Es una historia impresionante y me siento muy orgulloso de poder contarla, aunque sea de forma indirecta.


P: ¿Qué es lo que más te ha emocionado del proceso de esta película?

R: El proceso de producción del PROFESOR DE VIOLÍN fue intenso y me ha dejado muchas cicatrices y también mucha nostalgia. Podría señalar algunas, como la inmersión en el universo musical, que en cierto sentido fue un reencuentro con mis padres. Pero sé a ciencia cierta que lo que más me ha emocionado es la experiencia del día a día con los niños que interpretaron a la Orquesta de los alumnos. Su dedicación me ha enseñado muchísimo. He desarrollado una relación de afecto y amistad con algunos de ellos y después de esta experiencia estoy convencido que ahí fuera hay mucha gente joven con talento, con ganas de contar su historia y que sólo necesitan una oportunidad para triunfar.

Empezamos rodando las escenas de Laerte y los alumnos en la clase. La enorme energía e intensidad de esos chicos se apoderó de todo el rodaje.

Recuerdo que cuando acabamos de rodar las escenas de las clases los chicos tenían una semana libre. Antes de que se fuera, los niños -con Kaique y Elzio a la cabeza– se reunieron con Lázaro y le pidieron que no soltara el balón mientras estaban ausentes. Asistí a esa pequeña reunión sin que ellos lo supieran, y me impresionó su audacia y la humildad de Lázaro. Eran colegas. Eran el alma de nuestra película, y la historia la iban a contar ellos y para ellos.


P: ¿Cómo se inserta la película en la realidad brasileña?

R: La situación política de Brasil ha cambiado mucho desde que se terminó la película. Cuando empezamos a pensar en este proyecto se vivía la euforia del cambio. Los indicadores económicos y el aumento del consumo anunciaban que Brasil iba a alcanzar su potencial y convertirse en un país con peso en la escena mundial.

En los últimos dos años, los constantes casos de corrupción nos retrotraen peligrosamente al pasado y además las últimas elecciones han puesto de manifiesto lo dividido que está nuestro país.

Rezo para que esta película, que habla de solidaridad y de aprender a escuchar al otro, contribuya de alguna forma a un debate más constructivo y menos polarizado sobre el futuro de nuestro país.


La historia real del Instituto Baccarelli
El Instituto Baccarelli es una organización sin ánimo de lucro, cuya misión es proporcionar un excelente marco musical y artístico que fomente el desarrollo personal y la oportunidad de adquirir una formación profesional. Está dirigido a niños y jóvenes de edades comprendidas entre 4 y 25 años en situación de exclusión social. La organización, con sede en Heliópolis, una comunidad pobre de Sao Paulo, Brasil, ofrece varios programas: Musicalización, Coro, Orquesta del Mañana y la Sinfónica de Heliópolis.

Gracias a los resultados obtenidos a lo largo de su historia, el Instituto Baccarelli cuenta con el respeto del sector público y privado. En la actualidad, la organización cuenta con el apoyo de una ley federal brasileña sobre Fomento de la Cultura (Lei Rouanet), y el patrocinio de más de 10 grandes empresas.

Historia
A lo largo de su exitosa carrera, el director de orquesta Silvio Baccarelli siempre había soñado con enseñar música a personas que viven en un entorno social y económico inestable. En 1996, mientras veía la televisión, vio que un incendio había destruido un edificio en Heliópolis. A Baccarelli le afectó ver a esas familias intentando salvar sus vidas y sus pertenencias, así que fue a una escuela pública de la zona y sugirió el director enseñar a tocar diversos instrumentos a niños y adolescentes.

Unos meses después, 36 niños y niñas comenzaron a estudiar violín, viola, violonchelo y contrabajo. En aquel momento, las clases tenían lugar en el Auditorio de Baccarelli que era propiedad suya y estaban financiadas por el propio Baccarelli. En 1998, algunos profesionales que conocían al director, se incorporaron al proyecto y lo inscribieron bajo el epígrafe de una ley brasileña que fomenta las iniciativas culturales y sociales. El organismo elegido para acogerlo fue la Sociedade de Concertos de Sao Paulo, una institución creada para fomentar la difusión de la música erudita en Sao Paulo. Gracias a ese apoyo fue posible encontrar patrocinios en el sector privado y desarrollar más actividades.

El instituto
El Instituto Baccarelli es una organización sin ánimo de lucro, cuya misión es proporcionar un excelente marco musical y artístico que fomente el desarrollo personal y la oportunidad de adquirir una formación profesional. Está dirigido a niños y jóvenes de edades comprendidas entre 4 y 25 años en situación de exclusión social. La organización, con sede en Heliópolis, una barriada pobre de São Paulo, Brasil, gestiona varios programas:

- Musicalización: iniciación a la música para niños de 4 a 6 años con clases recreativas;

- Nuestro Coro (Coro del Pueblo: iniciación a la música a través del canto coral)

- Orquesta del Mañana: iniciación y desarrollo de la técnica instrumental, además de prácticas en una orquesta

- Sinfónica de Heliópolis: la principal entidad del Instituto. Hace hincapié en la práctica de un repertorio.

Gracias a los resultados obtenidos a lo largo de su historia, el Instituto Baccarelli cuenta con el respeto del sector público y privado. En la actualidad, la organización cuenta con el apoyo de una ley federal brasileña sobre Fomento de la Cultura (Lei Rouanet), y el patrocinio de las empresas Petrobras, Volkswagen, BNDES, Magazine Luiza, Banco Volkswagen, Bradesco, Instituto Votorantim, Banco do Brasil y Caterpillar. Los programas se desarrollan con niños y jóvenes de entre 4 y 25 años y fomentan la creación de auténticos ciudadanos.

Una de las mayores preocupaciones del Instituto Baccarelli es contar con equipo de educadores muy cualificado. Entre ellos están algunos de los mejores directores y músicos brasileños para niños. Dominan las técnicas de enseñanza y además son modelos de conducta para los niños y adolescentes. El Instituto Baccarelli utiliza el arte como instrumento convirtiéndose así en un importante factor de transformación y siempre está ampliando sus actividades.