Un doctor obsesionado con hacer una película. Unos enfermos que actúan sin saberlo. Y un protagonista, El Inglés, del que no se sabe ni su nombre ni su pasado, pero al que todos tratan como un perfecto aristócrata inglés.

De la mezcla de todo esto, un experimento médico llamado Análisis de Sangre Azul con el que intentar salvar la vida de todo un valle enfermo.


Sinopsis larga
Análisis de sangre azul narra la aventura de un aristócrata inglés que cae despeñado en los Pirineos y despierta en un sanatorio mental a principios del siglo pasado. El doctor en psiquiatría Pedro Martínez registra en su cámara de 16mm las evoluciones de este hombre que ha perdido la orientación y la memoria. Pero además, las ocultas intenciones del doctor le llevarán a aprovechar la llegada de este "raro espécimen" para poner en práctica sus teorías evolutivas.


Sinopsis médica
(Escrita por el Doctor Pedro Martínez sobre el paciente 007152, conocido como "El Inglés")

A las 5 en punto de la tarde del 4 de marzo de 1933 ingresa en el hospital un joven encontrado en las cumbres de Monte Perdido. No sabe su nombre, ni su fecha de nacimiento ni el año actual. Habla en inglés, y puesto que yo soy el único que domina el idioma, me convierto en su único interlocutor. Mi diagnóstico inicial es amnesia profunda.

En los meses siguientes le someto a diferentes pruebas de personalidad, al test de memoria Wartegg, al test de Rochard, y al examen de inteligencia Standford-Binet. Es evidente que no sufre ningún retardo, aunque se muestra completamente inútil en tareas domésticas tan básicas como hacerse la cama o cavar una zanja.

Cada día descubro aspectos más fascinantes de su personalidad que me hacen fantasear con su posible identidad, tan diferente en todo a la mía y a la de este valle miserable.

Algunos colegas a los que he escrito sobre el caso piensan que simplemente es un trastorno histriónico de la personalidad, que le conduce a comportarse como un aristócrata. Yo no estoy de acuerdo. "Comportarse como" es suplantar una personalidad y si en algo estoy seguro es que El Inglés es, en todo, un aristócrata.

Estoy convencido de que por sus venas –dibujadas perfectamente bajo su piel tan fina como el papel de fumar- corre sangre azul.