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Johnny English: De nuevo en acción cartel reducidoJohnny English: De nuevo en acción(Johnny English strikes again)
Dirigida por David Kerr
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Tercera entrega de las aventuras del agente secreto más irreverente del servicio británico. La cinta, dirigida por David Kerr y protagonizada por Rowan Atkinson. Completan el reparto Ben Miller, Olga Kurylenko, y Jake Lacy.


Me llamo English, Johnny English
En 1992, la tarjeta de crédito de Barclays, la "Barclaycard", lanzó una serie de memorables anuncios televisivos. Protagonizados por Rowan Atkinson como Richard Latham, un patoso agente secreto del MI7 que va de desastre en desastre porque no dispone – al contrario de su compañero Bough - de una "Barclaycard" para ayudarle. Se rodaron diecisiete anuncios y la campaña duró cinco años; Rowan Atkinson ganó el BAFTA de Publicidad en 1992 y "Barclaycard" lideró el mercado de tarjetas de crédito. Diez años después, el personaje llegó a la gran pantalla con el nombre de Johnny English.

"El personaje principal dejaba claro que odiaba el producto que vendía, y eso es una idea totalmente contraintuitiva, muy típica del enfoque 'Rowan'", explica el productor Chris Clark. "Siempre ve las cosas de forma contraintuitiva y consiguió que los anuncios de la 'Barclaycard' se convirtieran en una de las campañas publicitarias más famosas en Gran Bretaña, algo realmente notable si tenemos en cuenta que el protagonista odia el producto. Es una sátira increíble".

Tim Bevan y Eric Fellner, de la productora británica Working Title Films, se dieron cuenta del potencial del personaje y le propusieron a Rowan Atkinson que lo desarrollara para la gran pantalla. En esa época, Chris Clark trabajaba en la productora y ayudó en el desarrollo del proyecto. "Cuando conocí a Tim y a Eric, ya estaban hablando de convertir el anuncio de la 'Barclaycard' en una película", recuerda. Todo empezó a encajar cuando Chris Clark conoció a Rowan Atkinson. Rob Wade y Neal Purvis fueron los encargados de transformar en un guion el primer proyecto en 1999, el mismo año del estreno en todo el mundo del primer guion que habían escrito para una película de James Bond, El mundo nunca es suficiente. En 2002, cuando se empezó a rodar la película, el guionista principal era William Davies. Luego, en 2011, el guionista también aparece en los créditos como "una historia de" en la secuela Johnny English Returns, escrita por Hamish McColl, colaborador habitual de Rowan Atkinson y autor de Las vacaciones de Mr. Bean.

Rowan Atkinson siempre ha preferido esperar varios años antes de rodar una secuela para sus dos personajes más famosos, Mr. Bean y Johnny English, con el fin de que no perdieran su frescura ni se repitieran. Cuando se habló de una tercera secuela de Johnny English, la idea no le disgustó. "Si es posible ir a por una tercera entrega, piensas: '¿Y por qué no?'", dice el actor. "Siempre y cuando te sientas capacitado física y mentalmente para realizar el trabajo".

Después de hacer siete películas con Rowan Atkinson en los últimos veinte años, Tim Bevan cree que el control que posee el actor sobre sus personajes probablemente sea su mejor cualidad. "Nunca sobreexplota una marca. Siempre hace esperar al espectador. En este mundo de cíclico que va cada vez más rápido, la gente cree que cinco u ocho años es demasiado tiempo, incluso tres. Pero Rowan dirá que no. Y tiene razón. Este es el momento en que el público está preparado".

Después de unas primeras versiones del guion, Chris Clark llamó al guionista William Davis para decirle que Rowan Atkinson estaba preparado para volver a meterse en la piel de Johnny English, pero el guion no le convencía del todo. Para conseguir el guion idóneo, el propio Rowan Atkinson, Chris Clark y Tim Bevan se reunieron con William Davies para sugerir ideas. "Nos sentamos en una sala y empezamos a lanzar ideas", explica Tim Bevan. "Al principio solo había una página en blanco delante de nosotros".

En su calidad de vicepresidente de Working Title, y como supervisor de numerosos proyectos en fase de desarrollo, preproducción, rodaje y posproducción, se supone que Tim Bevan no participa en el guion, pero las reglas cambian cuando se trata de Johnny English. "Tim estuvo el noventa por cien del tiempo", dice William Davies. "Creo que disfrutó mucho con esas sesiones y nosotros con él. Si le divierte y se ríe, es una buena señal, seguramente funcione en la pantalla. También veía cosas que nosotros no habíamos considerado ".

Después de estas sesiones, William Davies reflexionó acerca de lo que podía funcionar y volvió para ofrecer ideas potenciales al grupo. "Tim, Chris, Rowan y yo escogimos las que nos parecieron mejores", dice el guionista. Johnny English 3 o JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN atacaba de nuevo.


Mundo analógico contra mundo digital
Chris Clark, un productor con mucha experiencia que vuelve a la saga después de producir las dos primeras entregas, era consciente de lo complicado que sería escribir el guion. "Con el tiempo hemos descubierto que tardamos años en llegar a algo que realmente nos guste", dice. "Y eso requiere una fuerte dosis de dedicación". Puede sorprender que el proceso entusiasme realmente a Rowan Atkinson cuando está en un estado embrionario. "El rodaje siempre ha parecido un proceso increíblemente complicado, estresante y preocupante", reconoce el actor. "Pero cuando se está en una sala con personas que piensan como tú y se les ocurren ideas divertidas, se pasa muy bien. Y eso me empuja para seguir".

Durante el desarrollo del guion se lanzan ideas, se presentan tramas e historias, y Rowan Atkinson estudia el potencial de cada una de ellas. "Rowan está por encima de todo desde el primer momento", dice el productor Chris Clark. "No escribe el guion per se, pero todas las secuencias cómicas parten de él y colabora con el guionista". William Davies añade que "nos dejamos guiar por el instinto de Rowan para saber qué es lo mejor para el personaje". Trabajan con ideas muy preliminares hasta que "poco a poco van cobrando forma".

A medida que progresaban, encontraron un tema principal: "Mundo analógico contra mundo digital". A partir de ese momento, la trama y el villano de JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN empezó a adquirir consistencia. La película empieza con un ataque cibernético contra el MI7 que amenaza con revelar la identidad de todos los agentes si no se paga una indecente suma de dinero. Ante la falta de agentes para defender la seguridad de Gran Bretaña, la Primera Ministra no tiene más remedio que recurrir a los agentes jubilados. Johnny English, después de ser retirado del servicio y que ahora ejerce como profesor de geografía en el lugar más apartado de Lincolnshire, es uno de los agentes a los que se recurre para encontrar al ciberterrorista.

El agente, más a sus anchas en la época predigital, encarna a la perfección el mundo analógico. "Cuanto más digitalizado se hace el mundo, más extraordinario es el mundo analógico", dice William Davies. "Tiene algo físico que me atrae. Y todo lo analógico posee una gran ventaja sobre los últimos desarrollos tecnológicos del siglo XXI, es invisible para el mundo digital".

El representante de la tecnología más avanzada es el multimillonario estadounidense Jason Volta, presidente de una empresa tecnológica que se reúne con la Primera Ministra para convencerla de que confíe a su empresa la seguridad digital británica. La Primera Ministra, a su vez, presiona a sus homólogos europeos para que hagan lo mismo, pero no se da cuenta de que Jason Volta es en realidad el hombre que está detrás del ciberataque y la exigencia de rescate. Johnny English lo descubre, pero nadie le cree y no le queda más remedio que encontrar pruebas.

Con Johnny English de nuevo en el MI7, la trama y los personajes aparecieron rápidamente. La historia lleva a nuestro héroe desde Londres a la Costa Azul para acabar en Escocia. En palabras de Rowan Atkinson hay dos factores clave en el desarrollo del guion: "¿Es este chiste adecuado para Johnny English y lo bastante bueno para la película?" El actor debe asegurarse de que el tono sea consistente con el personaje de Johnny English, "un espía que no es tan bueno como él cree".

Chris Davies admira el sentido cómico innato de Rowan Atkinson y su comprensión del personaje de Johnny English. "Lo fantástico de Rowan es que sabe exactamente lo que haría el personaje en cualquier situación. Algunas cosas propuestas eran demasiado grandes, demasiado locas; las situaciones deben ser realistas dentro de lo que cabe o no funcionan. El mundo en que se mueve Johnny debe parecer real si queremos que sea cómico. Y Rowan tiene mucho cuidado con esas cosas".


El director
Se empezó a trabajar en el guion de JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN un año antes de que el director se uniera al equipo. David Kerr es un cineasta con mucha experiencia cómica después de dirigir numerosos episodios de series como "That Mitchell and Webb Look", ganadora del BAFTA 2007 a la Mejor Serie Cómica, "Fresh Meat", "Inside No. 9" y "Whites". También tiene en su haber una adaptación para televisión de "Sueño de una noche de verano", de William Shakespeare, con Matt Lucas.

"Soy un fan absoluto de las dos primeras películas de Johnny English", dice el director. "Me reí muchísimo y a mis hijos les encantan. Siempre he sido fan de Rowan Atkinson, ¿quién no lo es? Crecí viendo programas como "Estas no son las noticias de las nueve", "La víbora negra" y "Mr. Bean", y todas sus películas. Estaba más que predispuesto a favor del proyecto. Cuando leí una de las primeras versiones del guion, me pareció genial. Lo leí de un tirón, no podía dejarlo, había acción y aventuras. Creí que podría sacarle mucho partido".

En opinión de Chris Clark, un director como David Kerr era ideal para trabajar con un talento cómico como Rowan Atkinson. "David no solo es un cineasta con un enorme instinto cómico, también está perfectamente capacitado para colaborar con la persona que está en el centro de todo el proceso", explica. "Esta película no existe sin Rowan. Gira en torno a su proceso cómico y nos hacía falta alguien que lo entendiera. Rowan es un intérprete único, no es un actor 'normal', es mucho más. Es un cómico nato y necesita trabajar con alguien que entienda esto".

David Kerr se reunió con Rowan Atkinson y este confirmó que era la persona idónea para ponerse a la cabeza del proyecto. "Está acostumbrado a trabajar con actores que también son guionistas, con intérpretes que participan creativamente en el guion, y sabe que todo depende del nivel de colaboración", dice Rowan Atkinson. "Aquí no se trata de que el director le diga al actor qué debe hacer, porque este ya sabe lo que va a hacer. Se trata más bien de que el director conecte con la idea y sepa enfocar la escena para sacar el máximo partido de lo que el protagonista quiere conseguir".

Después de que David Kerr se uniera al proyecto, todos siguieron puliendo el guion, sobre todo Rowan Atkinson, para que la acción y los chistes encajaran lo mejor posible con el personaje. El proceso suele durar hasta casi el mismo día que empieza el rodaje. El guionista William Davies recuerda que el día antes repasó el guion con Rowan Atkinson, analizando todos los diálogos para asegurarse de que el ritmo cómico no se rompiera. "Realizamos cambios importantes en el último momento para que fuera más divertido, más rápido, sin perder el realismo".

"En cuanto al estilo visual y al ritmo, yo quería que JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN pareciera una película de James Bond", dice David Kerr. "Igual de fascinante y brillante, pero mucho más divertida. Ya había trabajado en publicidad con Florian Hoffmeister, el director de fotografía. Ilumina de maravilla, y sabía que me ayudaría a conseguir el estilo que quería para la película: ese toque lustroso que da la pantalla panorámica del Bond clásico, siempre con un toque contemporáneo y elegante, eso sin perder de vista la comedia. Hice un storyboard casi completo de la película, sobre todo de las escenas de acción, pero luego vino el largo proceso de montaje, donde trabajé junto al montador Mark Everson".

"Primero Alan Partridge, luego el oso Paddington y ahora Johnny English", dice Mark Everson. "Han vuelto a confiarme un tesoro nacional. Rowan Atkinson es uno de mis héroes desde que tengo uso de razón. Mi objetivo era ser fiel a la increíble interpretación cómica que nos ofrece sin olvidar la intriga y el ritmo".


Bough está de vuelta
Bough, el fiel asistente de Johnny English regresa en JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN. El personaje, al que encarna Ben Miller, apareció en la película original en 2003, pero no volvió en Johnny English Returns. "Una de las primeras cosas que dijimos cuando nos sentamos para hablar del desarrollo del guion fue que la relación Bough-Johnny de la primera entrega funcionaba muy bien", recuerda Tim Bevan. "Los dos actores trabajaban muy bien juntos y las replicas fluían. Ben es un apoyo maravilloso para la comedia de Rowan".

Los cineastas decidieron muy pronto que Bough debía volver y fue el primer personaje escogido. "Todos nos dimos cuenta de que los dos eran brillantes juntos", añade Chris Clark. "Bough es perfecto porque, en cierto modo, representa al público y hace rebotar la comedia de Johnny English. A menudo descubrimos las tonterías de Johnny a través de los ojos de Bough, nos sirve de punto de vista. Pero también es profundamente leal a Johnny, y eso es muy tierno".

Al actor Ben Miller, que volvía a meterse en la piel de Bough y se reencontraba con Rowan Atkinson, le dio la sensación de volver atrás en el tiempo. "Fue un poco como estar en una máquina del tiempo", dice. "No nos parecía que habían transcurrido quince años desde el final de la primera; más bien era como si nos hubiéramos visto el día anterior. No habíamos cambiado, pero nos rodeaba un mundo totalmente diferente. Las cámaras son diferentes, la tecnología es diferente".

No solo han cambiado los rodajes, también lo ha hecho el mundo del espionaje. El regreso de Bough se incorporó perfectamente al tema "analógico contra digital". "Como si hubieran reunido a un viejo equipo que ya no encaja en el mundo contemporáneo", explica William Davies. "No estoy diciendo que no sepan manejar los artefactos, pero su corazón está en la generación anterior".

Ben Miller no se equivoca al decir que el analógico Johnny English, un hombre que prefiere un coche de los de antes a uno con ordenador, se siente muy cómodo en una aventura en la que la tecnología no puede encontrar la huella de una pisada. "Para que nadie les siga en un mundo digital, necesitan a un espía análogo", explica. "Johnny, del que han prescindido porque se ha quedado anticuado, vuelve a estar en el meollo y es el hombre que Gran Bretaña necesita".

Bough tiene un papel importante en la historia: se encarga de que la misión llegue a buen fin y de que Johnny no se meta en líos. "Bough es incapaz de improvisar, mientras que Johnny es todo improvisación. Adora a su jefe. Es muy competente, pero desde luego no es un líder, y eso siempre me ha hecho gracia. Cuando ocurre algo, Bough es como un conejo ante los faros de un coche, no puede hacer nada sin Johnny. Johnny es el cisne, y Bough representa las patas del cisne", dice el actor.

Rowan Atkinson estaba encantado de retomar la relación que se había creado durante el rodaje del primer Johnny English. "Hay muy pocas personas con las que me siento cómodo rodando una comedia", dice. "Me ocurrió con Tony Robinson, que encarnaba a Baldrick en 'La víbora negra', conectamos enseguida. Me pasa lo mismo con Ben. Creo que funcionamos muy bien juntos".

David Kerr también estaba totalmente de acuerdo en que Bough regresara, dando pie al clásico papel de segundón. "En cierto modo, Bough es el criado del señor Johnny", dice. "Nunca pone en duda las decisiones de su señor, aunque a veces, se pregunta si realmente él haría eso en una situación semejante". Forman la pareja perfecta, como unos modernos Laurel y Hardy, y David Kerr admira la comunicación existente entre ambos actores: "Va mucho más allá de la palabra, el ritmo es totalmente físico".


Los nuevos personajes
Con un importante número de papeles secundarios, JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN era la perfecta excusa para pedir a actores de talento que se unieran al proyecto, y ¿quién mejor que Emma Thompson para hacer de Primera Ministra?

"Conseguir a Emma fue una victoria porque es una actriz maravillosa", dice Rowan Atkinson. "Además, viene de una tradición cómica muy similar a la mía". Emma Thompson empezó a trabajar en sketches cómicos, y coprotagonizó con Rowan Atkinson en 1989 la comedía Un tipo de altura, con guion de Richard Curtis.

La actriz estaba encantada de que le ofrecieran el papel. "El guion estaba muy bien escrito, era muy divertido, sencillo, pero encantador", dice. "Es una buena historia, amable, divertida y tonta. No hay bastante tontería en este mundo. Me encanta Johnny English, es el perfecto anti James Bond. Es un magnífico antídoto a todos los habituales papeles masculinos dominantes y, si se me permite decirlo, francamente aburridos".

Al no haber interpretado nunca a la Primera Ministra, se inspiró en varias figuras políticas. "Es una mezcla entre Thatcher, Blair y May", explica. "Es la cara oscura de los políticos que están allí porque les atrae el poder. Ella se siente muy importante, y cuando se da cuenta de que su poder se desvanece, se desespera como una fiera enjaulada".

"Creo que no habría podido ser mejor", añade Rowan Atkinson. "Para hacer de Primera Ministra se necesita a alguien serio, fuerte y creíble. La Primera Ministra no puede ser cómica, pero sí debe notarse que comprende lo absurdo que puede llegar a ser Johnny English".

Por muy absurda que parezca la situación, algo tiene que ver con la realidad. "La era digital lo ha cambiado todo", dice Emma Thompson. "Los delincuentes siempre se han adaptado a los cambios, pero ahora son invisibles, y parte de la historia se basa en eso mismo. Tenemos a una mujer de mi edad, cincuenta y muchos, que no creció en la era digital y que debe enfrentarse a graves amenazas a la seguridad nacional procedentes de algo que desconoce totalmente".

Para Chris Clark es un "sueño hecho realidad" que Emma Thompson esté en el reparto porque su personaje es el complemento perfecto para Johnny English. "Es su jefa, pero también le juzga. La dinámica que se crea es fantástica", dice. "Fue genial contar con alguien tan fuerte como Emma para el papel por el toque cómico y también para imprimirle dramatismo. Solo tienen una escena juntos, pero es absolutamente extraordinaria".

Emma Thompson, que conoció a Rowan Atkinson cuando ella tenía 18 años, alaba al actor: "He trabajado con él en varias ocasiones y hace mucho que le admiro. Me parece una presencia notable en el panteón cultural británico. Es nuestro Buster Keaton, un Charlie Chaplin moderno. No hace falta que hable, es naturalmente divertido". Y pasa a citar el clásico sketch de Rowan Atkinson en el papel del profesor que lee los nombres de los alumnos. Y añade: "Recuerdo verle en el Oxford Playhouse hace treinta años y pensar que era un genio".

Para dar vida a Jason Volta, el multimillonario estadounidense que ha pirateado el sistema de seguridad británico, se escogió a Jake Lacy, conocido por sus papeles en las series "The Office" y "Girls". El genio tecnológico quiere vender su propio sistema de seguridad, y no es difícil darse cuenta de que es el malo de la historia cuando la Primera Ministra le da acceso a los datos nacionales.

"Desde luego, saldrá ganando si consigue implementar el algoritmo", reconoce Jake Lacy. "Pero también cree que esto ayudará a la raza humana a progresar y que la raza humana no siempre es todo lo progresista que debería ser, incluso tratándose de obtener magníficos resultados. En realidad, quiere obligar a la naturaleza humana a ajustarse y cambiar para lo que él considera importante".

William Davies añade que Volta fue concebido como el opuesto absoluto de Johnny English. "Johnny está algo pasado de moda, desfasado", explica. "Volta está en la cresta de la ola tecnológica; quiere modelar un nuevo mundo a su imagen. De ningún modo puede ver el mundo analógico más que como una curiosidad del pasado, y desde luego no como algo que pueda interponerse en su camino". También siente un profundo desprecio por Gran Bretaña, otra cosa que le pone en total oposición a nuestro héroe. "A Johnny le importa mucho su país y no quiere que caiga en manos de un malo adulón y, encima, tecnológico".

Otro miembro clave del reparto es Olga Kurylenko, que da vida a Ophelia, la asistente de Volta cuando Johnny la ve por primera vez. "Al principio es un personaje bastante misterioso", dice la actriz. "No se sabe muy bien quién es realmente ni qué trama". Cuando por fin se revela su verdadera identidad, Johnny se enamora de ella. "Se siente muy atraído y está convencido de que tendrán un romance", añade. Obviamente, Johnny está muy equivocado.

No es la primera vez que Olga Kurylenko trabaja en una película de espías después de Quantum of Solace, de 007. La actriz era perfecta para el personaje que había imaginado William Davies: "Siempre habíamos pensado en una persona que viviera en un mundo no muy alejado de una película de James Bond. Es algo complicado porque el mundo en que se mueven los otros personajes es real. Cara a lo que hace Johnny, deben estar anclado en la realidad, no pueden ser graciosos. Reaccionan ante Johnny con total seriedad, y a Olga se le da de maravilla".

En opinión de David Kerr, Olga Kurylenko es "una revelación". "Es una gran actriz cómica. Entiende perfectamente que nunca se debe exagerar, al contrario. Volvemos a lo de siempre, Johnny debe moverse en un mundo real. Y eso es exactamente lo que hace Olga, consigue que las acciones de Rowan sean reales, pero más aún, aporta un genio cómico muy particular a las escenas".

Matthew Beard (The Imitation Game/Descifrando Enigma) es P, el inventor de artefactos, y Adam James (Doctora Foster) es Pegaso, "el nuevo y ambicioso director del MI7", en palabras del actor. "Su misión es reintroducir a Johnny en el mundo actual", añade. "Está lleno de brillantes ideas y es la perfecta yuxtaposición entre lo antiguo y lo nuevo, dando pie a un conflicto".

Adam James es un magnífico relevo después de Tim Pigott-Smith y Gillian Anderson, que encarnaron a los superiores en las dos anteriores entregas, según Rowan Atkinson. "Es ideal para el papel porque es fuerte, inmutable, exactamente lo que se necesitaba. No le queda más remedio que hacerse con Johnny como buenamente puede".

Para una escena en la que otros agentes jubilados vuelven para echar una mano en la crisis del ciberataque - hasta que Johnny provoca un accidente que sella su destino -, el equipo contrató a conocidos actores como Charles Dance en el papel del Agente 7, Michael Gambon como el Agente Cinco y Edward Fox como el Agente Nueve.

"No suelen ofrecerme papeles cómicos", dice Charles Dance. "En esta profesión eres los que ven en la pantalla, y si has encarnado a un tipo austero y malo, lo más seguro es que vuelvan a ofrecerte ese mismo papel. En rarísimas ocasiones me ofrecen un papel cómico y nunca digo que no".

"Me pareció brillante pedir a tres vejestorios como nosotros, conocidos por papeles totalmente diferentes, que encarnásemos a esos tres agentes", añade Edward Fox.

Además, no es habitual que actores de esta talla acepten papeles tan pequeños, ¿por qué lo hicieron?

"Bueno, es un papel pequeño, pero es una escena de suma importancia. Toda la historia depende de esta escena", contesta Charles Dance con ironía.

"¡Es una escena importantísima!", recalca Michael Gambon.

También hubo que buscar a los niños a los que Johnny English enseña geografía al principio de la historia. Kendra Mei Dicker es Ibadulla, la alumna favorita del exagente. "Admira a Johnny English", dice la joven actriz. "Es un ídolo para ella. Quiere ser como él cuando crezca, por eso es la primera de la clase". Otros alumnos de Johnny son George Turner como Hattersley y Nifemi Bankhole como Nigel Ojo.

Adam Greaves Neal encarna al torpe Baggaley, al que vemos caer en una trampa durante un ejercicio escolar en el exterior. "Me parece que es el alumno que más necesita mejorar", comenta el joven actor. Por suerte, Johnny English está a su lado para animarle. "Me dice que voy muy bien y que si me esfuerzo, todo irá bien. Baggaley se siente muy motivado".


La creación de un entorno
Un buen director necesita un buen equipo, y después de unirse al proyecto, David Kerr empezó a rodearse de talentosos colaboradores, empezando por el director de fotografía Florian Hoffmeister, que previamente había rodado Mortdecai, de David Koepp; The Deep Blue Sea e Historia de una pasión, ambas de Terence Davies, y The Hamburg Cell, de Antonia Bird. Otro colaborador clave fue el diseñador de producción Simon Bowles, que había trabajado en la película de espionaje Doble identidad: Jaque al M15.

Simon Bowles comenta que diseñar JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN fue como trabajar en una película de James Bond. "Desde un principio quería que la película tuviera esa estética", dice. "Es una comedia, desde luego, pero la enfoqué como si no lo fuera. Debíamos movernos en el mundo de James Bond con una única anomalía: Johnny English. Todo y todos sin excepción debían ser realistas. No hay un solo decorado, ni un solo atrezo fuera de tono. Los decorados y el atrezo no son cómicos a menos que Johnny entre en escena".

El presupuesto de esta película es muy reducido comparado a cualquier película de James Bond, pero los creadores de JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN buscaron formas de recrear un ambiente estilo Bond para el agente más infame del MI7. Casi todas las escenas se rodaron en decorados naturales, desde la Costa Azul, hasta mansiones inglesas. Aun así, el equipo de decoración construyó unos cuantos decorados, como el yate de última generación, el interior de un submarino y un restaurante francés que Johnny acaba destruyendo.

"El restaurante tenía que ser increíble, fantástico, un lugar al que entran ganas de ir", dice Simon Bowles. "Acabamos construyéndolo en un plató porque eran dos días de rodaje. Para que el incendio tuviera impacto, debía transcurrir de noche. No podíamos rodar dos días a la hora de cenar en un restaurante auténtico". Además, un incendio se controla mucho mejor en un plató.

Otro decorado en el que se cuidó mucho el estilo es el yate de Jason Volta. Es un símbolo de estatus para él, una persona con ambiciones malvadas. Aparte de algunos elementos interiores construidos en un plató, el yate es un producto generado digitalmente por la sencilla y única razón de que el yate que quería Simon Bowles no existe. "Diseñé el barco", dice. "Me documenté mucho antes de empezar. Por ejemplo, las cubiertas de este tipo de yates suelen ser de madera de teca. Pero quería que hubiera un fuerte contrate entre Volta y Johnny. Volta es sintético. Todo lo que le rodea, lo que lleva es sintético, mientras que el mundo de Johnny es de madera".

Yendo más lejos, el diseñador no solo concibió el mundo de Volta como tecnológico y futurista, también es transparente porque nadie conoce realmente su verdadera naturaleza. "Los aparatos que usa son transparentes. El portátil, el móvil, la pistola son transparentes. Todas las pantallas en su casa son transparentes y llenas de gráficos", explica Simon Bowles. De igual modo, Xander, el omnipresente asistente digital de Volta también es transparente.

Como el yate es una creación digital se recurrió al departamento de efectos visuales. Angela Barson, la supervisora de efectos visuales de la película, trabajó con el diseñador de producción. "Todo lo que hicimos se basa en sus diseños, sus conceptos", explica. Se diseñó un modelo digital para algunas tomas en las que era imposible usar un yate de verdad, pero no fue tan fácil como podría parecer. "Es un yate enorme, muy brillante y ostentoso", añade la supervisora. "Si existiese y lo viésemos en el agua, nos quedaríamos atónitos". Conseguir que pareciera real fue sumamente complicado.

Angela Barson también se encarga de la escena final, cuando Johnny English sigue a Jason Volta hasta su castillo escocés. "Aquí nos enfrentamos a unos cuantos problemas, y el primero de ellos era el castillo", dice. Los exteriores se rodaron en el castillo Berkeley en Gloucestershire, una construcción en pleno campo. Sin embargo, el castillo de Volta está cerca del agua. "Tuvimos que colocar el castillo al lado de un lago en Escocia". Después de rodar el castillo y el lago, Barson y su equipo encajaron ambos rodajes y algunos otros elementos clave. "No lejos del castillo, en la costa, le espera el submarino, creado íntegramente por ordenador. Con todo esto y el yate tuvimos una gran labor por delante", concluye.

La diseñadora de vestuario Annie Hardinge empezó a trabajar con Rowan Atkinson hace mucho tiempo. De hecho, uno de sus primeros encargos fue ocuparse del vestuario de "La víbora negra" cuando el actor solo tenía 22 años, pero ya le conocía por "Estas no son las noticias de las nueve", donde era ayudante de vestuario. ¿Rowan Atkinson ha cambiado mucho desde entonces? "Es exactamente igual con unos años más", contesta, riendo. "Siempre respeta a los que trabajan con él, y esa es una de las razones por las que me gusta colaborar en sus proyectos".

Después de tantos años, Annie Hardinge no necesita hablar con el actor para saber qué vestuario escoger. "Además, él mismo reconoce que no entiende mucho sobre moda, aunque tiene su propia opinión", sigue diciendo. "Es un intérprete táctil y prefiere sentirse cómodo antes que elegante. Si cree que el traje no le permitirá comunicarse a través de su cuerpo, no se lo pondrá". Eso le permitió a Annie Hardinge descartar muchas marcas de diseño antes de quedarse con Zegna y Prada. Estos últimos son los azules más claros que Johnny lleva en la Costa Azul y el azul oscuro para la escena de realidad virtual. El traje que lleva cuando llega al MI7, después de años en un pueblo perdido de Inglaterra, es de Zegna, el que la diseñadora llama "su primer traje James Bond MI7".

Pero un traje es más que un buen corte, también están los pequeños detalles. Durante una prueba de vestuario, Annie Hardinge añadió un pañuelo impecablemente doblado al bolsillo de la chaqueta. En ese momento, Rowan Atkinson le preguntó el por qué del pañuelo. ¿Por qué llevaría Johnny un pañuelo en el bolsillo? ¿Qué le aportaba al personaje? Pero ¿qué siente la diseñadora cuando se cuestionan sus decisiones? "Me gusta trabajar con actores a los que llamo 'de método' porque sienten lo que llevan puesto", contesta. "Me gusta que un actor se meta en la piel del personaje durante una prueba de vestuario porque eso me permite ver exactamente hacia dónde voy. Siempre cuido mucho los detalles y me parece fantástico que un actor haga lo mismo, como es el caso de Rowan. Los detalles son muy importantes para él. Revisa cuidadosamente todo lo que va a ponerse durante la película. En este caso, quería asegurarse de que adoptábamos el estilo Bond, por lo que había que dar otro toque a la ropa".

El papel de la diseñadora de vestuario es clave porque le facilita al actor entrar en la piel del personaje. Annie Hardinge, Simon Bowles, David Kerr y los demás jefes de departamento de JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN se centraron en que todo pareciera real. "Cuanto más realistas son el vestuario y el decorado, más cómica será la escena", dice la diseñadora. "En esta película nos esforzamos en recrear el estilo Bond hasta el más mínimo detalle".

Pero Johnny English no podía limitarse a llevar solo trajes, por lo que Annie Hardinge y su equipo diseñaron otros atuendos, entre ellos un polo cuello de cisne y una chaqueta de cuero, las dos prendas de color negro. "Queríamos que tuviera un aspecto más relajado, algo que estuviera a medio camino entre los trajes y su ropa de combate. Elegante y funcional a la vez. Además, los cuellos de cisne le sientan de maravilla", concluye la diseñadora, riendo.

No se concibe una película de James Bond sin una "chica Bond". Olga Kurylenko dice que su vestuario en JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN la hizo sentir aún más glamurosa que cuando trabajó en una verdadera película de 007.

"Olga es bellísima y tiene un estilo muy particular en la vida real. Para una diseñadora, vestir a una actriz tan deslumbrante es un regalo, me facilitó el trabajo", dice Annie Hardinge. "No era un diamante en bruto que debía pulir. Cuando nos sentamos a hablar de Ophelia, las dos estábamos de acuerdo en que su ropa debía ser elegante, pero sencilla y no llamativa. Además, tiene varias escenas de acción, como cuando intenta estrangular a English. Así que nos decantamos por la sencillez y una ropa que se adaptara muy bien a su cuerpo con colores que no chocaran con el decorado". En la escena del castillo en Escocia lleva una creación de McQueen en rojo que destaca sobre el gris de la piedra. En la mansión de Volta aparece con un traje de estilo oriental negro y naranja de DVGF. "Hablé con el diseñador de maquillaje Graham Johnston y con la maquilladora Gabor Kerekes para que fuera un look completo", explica la diseñadora.

La prueba de vestuario más rápida fue con Emma Thompson. "En una hora y media se había probado cinco trajes", dice Annie Hardinge. "Teóricamente, cinco trajes equivalen a tres pruebas, pero ella es maravillosa y muy decidida. En la escena en que pierde los estribos, quería algo muy colorido y le propusimos un rosa fucsia. Siempre me han gustado los colores fuertes; todos sus trajes son sencillos, pero con color". La ropa que lleva la Primera Ministra es de Stella McCartney, y las joyas, de Marni y de McQueen.

"El aspecto de la Primera Ministra debía ser impecable. Representa a un gobierno tecnológico, actual, moderno", dice Graham Johnston. "Nos centramos en un maquillaje discreto, pero con un carmín muy rojo que comunicara su fortaleza y su capacidad de tomar decisiones".

La ropa de Jason Volta contrasta con los trajes de Johnny English. "Suele llevar camisetas y zapatillas, le gusta estar cómodo, nada que ver con English y Bough. Además, al ser estadounidense, no queríamos nada demasiado formal, incluso cuando se reúne con la Primera Ministra".

Por fin llegamos a Bough, del que aprendemos mucho más en esta ocasión que en la primera entrega. Incluso llegamos a conocer a su esposa. ¿Cómo enfocó Annie Hardinge al personaje? "Es el más británico de todos. Viste como un perfecto inglés. Lleva trajes grises de Gieves y de Hawkes siempre que tiene una reunión formal en el MI7. En otras ocasiones le vemos con una chaqueta azul marino, pantalones beige, camisa blanca y corbata. Sirve de contraste para Johnny English, cuyo estilo es más elegante, más cosmopolita. Bough es rígido, formal y pijo".


Herramientas de trabajo: Coches y artefactos
Cuando Johnny se reúne con P para que este le equipe para la misión, se da cuenta de que los tiempos han cambiado: nada de armas ni artefactos, solo está permitido llevar un móvil que lo hace todo, aunque aparte de tener el don de comunicar con otros teléfonos, no hace nada más. Como es de esperar, Johnny se niega a salir sin las herramientas requeridas. Además, ¿qué mejor forma de enfrentarse a un genio digital que un enfoque analógico? Esto permitió al equipo moverse en ambos mundos (digital y analógico), e inventar toda una serie de artilugios.

"A Johnny le encantan los artefactos", dice el guionista William Davies. "Aunque hay métodos más sencillos para cumplir el objetivo, siempre escogerá el artefacto que más le gusta. Era la oportunidad de volver a los años setenta. Hay artefactos totalmente olvidados y a nadie se le ocurriría usarlos, excepto a Johnny, claro. Cuanto más complicados y enrevesados, más le gustan".

William Davies reconoce que se lo pasó realmente bien inventando dispositivos para nuestro Johnny analógico: "Fue genial pensar en los artilugios que podrían atraer a Johnny y cómo conseguiría equivocarse al usarlos". Entre su panoplia descubrimos una serie de gominolas típicas de los setenta, cada una con una función sorprendente. "Hicimos una lista con gominolas de naranja, de limón, bolas de anís. Lo pasamos realmente bien inventándonos sus usos".

"Utiliza artefactos continuamente, no hay un momento en el que no ocurra algo", dice el diseñador de producción Simon Bowles.

La selección de accesorios y dispositivos de cada personaje también sirvió para enfatizar el mundo analógico contra el digital. En el mundo de Jason Volta, todo es tecnología de ultimísima generación. Los objetos que le rodean lo reflejan, desde un teléfono holográfico hasta una pistola transparente. "Da la impresión de ser transparente, cuando en realidad se esconde en esa transparencia", explica Simon Bowles.

Los artefactos de Johnny English, al contrario, son totalmente de la vieja escuela: pastillas para no dormirse y pastillas para dormirse, chuches con transmisores, botas magnéticas y una caja de zapatos que se convierte en un bote. Incluso utiliza un traje exoesqueleto para trepar por las paredes del castillo escocés. "Hasta el accesorio más moderno está pasado de moda y se las arregla en todo momento para que nada funcione como debería", dice el diseñador, riendo. "Eso sí, por muy mal que vaya todo, siempre consigue que algo salga bien".

FBFX, una empresa especializada en la fabricación de trajes especiales, se encargó del traje exoesqueleto. Debía parecer un traje profesional, pero con un cierto toque "casero". Después de siete semanas diseñando, fabricando, probando y cambiando, el resultado es un traje neumático con articulaciones accionadas electrónicamente por control remoto. "Se supone que es un prototipo que nunca acabó de fabricarse. Lo encuentra en un kit al fondo de su garaje", explica Grant Pearmain, riendo.

Pero hay un artefacto que supera todo lo imaginable en los setenta: unas gafas de realidad virtual. Mientras se prepara para colarse en la casa de Jason Volta, nuestro agente usa las gafas para recorrer - virtualmente, claro está -, las habitaciones y los pasillos. Dada su escasa experiencia con este tipo de tecnología, el desastre se desata en la sala de entrenamiento. La idea se le ocurrió al productor Chris Clark en 2016 cuando fue al Festival South By Southwest en Estados Unidos y vio que había una zona de realidad virtual.

"Al volver, les conté mi experiencia a los chicos y de ahí surgió la idea de meter a Johnny en algo parecido", recuerda. "Estábamos en un despacho de Working Title y pensamos que podría ser hilarante ver a Johnny salir de la sala de realidad virtual con las gafas puestas y meterse en una calle llena de coches". William Davies incluso estudió las tiendas y los cafés de la calle Marylebone para ver exactamente en qué situación colocaría a Johnny English. El entorno resultó idóneo para que Rowan Atkinson desplegase su mejor comedia.

"Johnny se pone las gafas y no se da cuenta de que ha salido de la sala de realidad virtual; consecuentemente, provoca un caos indescriptible", dice Rowan Atkinson. "El chiste no es más que eso, pero nos pareció una buena idea porque la realidad virtual siempre es muy graciosa. Cuando veo a alguien con gafas de realidad virtual pienso que está en otro mundo, y no hace falta ser un genio para saber que puede dar pie a situaciones cómicas".

Johnny no tarda en atacar a los transeúntes con paraguas y barras de pan o cualquier otra cosa que tenga a mano. El rodaje de la escena fue muy complicado, en palabras del director David Kerr "un auténtico rompecabezas". Ante todo fue necesario diseñar el recorrido de Johnny por la calle, encontrar los decorados adecuados y encajarlos con lo que ve a través de sus gafas. Lo primero fue plasmar la escena mediante un storyboard.

Pero los dibujos iniciales no hicieron gracia a nadie. "Nadie se reía, podía ver que esperaban que fuera gracioso, pero no funcionaba", dice el cineasta. "Yo estaba convencido de que podía serlo, así que seguimos dibujando. Y cuando empezamos a intercalar el recorrido de Johnny con lo que ve, la escena cobró vida".

En cualquier película de espías que se respete debe haber coches espectaculares, y JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN no iba a ser una excepción. Rowan Atkinson, al que le gustan mucho los coches, disfruta cuando se trata de decidir qué vehículo conducirá Johnny. "Escogimos coches contemporáneos para Johnny en las otras dos películas", dice. "Pero aquí teníamos la excusa perfecta para volver atrás en el tiempo". Al final, el equipo escogió un Aston Martin V8, con acabado "Storm Red" (Rojo tormenta), una perfecta réplica del que se compró el actor en 1981.

"Me pareció el vehículo perfecto para Johnny English", explica Rowan Atkinson con una gran sonrisa. "Además, es precioso. El color rojo tomate es maravilloso para el sol de la Costa Azul. Me lo pasé muy bien volviendo al pasado de forma contemporánea".

Según David Kerr, los conocimientos automovilísticos de Rowan Atkinson son "enciclopédicos". "Sabe perfectamente qué coche debe llevar Johnny en cualquier momento. Cuando le vemos por primera vez, está al volante de un Triumph Dolomite Sprint. No es un Aston Martin, pero se trata de un coche asequible para un profesor de geografía. Adora ese coche, aunque no es el que conduce el resto de la película".

El diseñador de producción concibió todos los accesorios secretos del Aston Martin, cohetes incluidos. "Me planteé si debían salir del maletero, si el maletero debía elevarse para eyectarlos, si no era mejor que salieran de los laterales o incluso del capó", dice. "El capó ofrece una ventaja: Se ve el cohete salir disparado con Johnny y Bough en los asientos delanteros".

No existen don Aston Martin iguales, ya que se fabrican por encargo. Hubo que comprar otro, adaptarlo para disparar cohetes y hacer que parecieran idénticos. "Encontramos uno negro con el interior rojo; lo volvimos a pintar y cambiamos la tapicería", dice el diseñador.

En esta ocasión, el equipo quería que los coches fueran parte íntegra de la historia, incluso más que en las dos primeras entregas. "Hay más escenas de acción con Johnny al volante de lo que el público espera", explica Paul Herbert, el coordinador de escenas de riesgo, que ha trabajado en las tres películas de Johnny English. Las dos primeras secuencias de importancia transcurren en el sur de Francia, donde Johnny English y su Aston Martin se ven envueltos en una persecución con un BMW i3 eléctrico y ecológico.

Olga Kurylenko, que ya había trabajado con Paul Herbert en La muerte de Stalin (2017), estaba entusiasmada con la idea de conducir. "Me decepcionó que no me dejaran ir a toda velocidad", dice. "Me habría encantado hacer todas las escenas de peligro. ¡Adoro la velocidad, es lo mío! Y es un coche genial".

Rowan Atkinson se entrenó durante un día en los Estudios Longcross de Gran Bretaña, donde el equipo de especialistas le ayudó a familiarizarse con el Aston Martin. A pesar de ser un experto conductor, no le quedó más remedio que ceder el asiento a un especialista en algunos momentos "Si le dejásemos, lo haría él todo", dice Chris Clark, riendo.

Otra persecución tiene lugar cuando Johnny English intenta escapar de los hombres de Jason Volta en el coche de una autoescuela con el alumno a bordo. Debido a los diálogos de la escena, un conductor especialista controlaba el coche desde un receptáculo instalado encima del vehículo. "Al principio es algo incómodo para los actores", explica Paul Herbert. "Están sentados en el interior y el coche va a la izquierda, a la derecha y gira sin que ellos puedan hacer nada".


La lista de artefactos
Johnny English:
1Caja de zapatos transformable en bote inchable.
2Traje exoesqueleto.
3Botas magnéticas.
4Chuche transmisora.
5Aston Martin con cohetes incorporados.
6Pastillas energéticas instantáneas.
7Tabletas somníferas de efecto inmediato.
8Intrauriculares explosivos.

Ophelia:
1Carmín USB.
2Polvera con dispositivo de desbloqueo.
3Reloj estrangulador.

Jason Volta:
1Portátil transparente.
2Pistola transparente.
3Unidad de comunicación holográfica.


La comedia visual
Con Rowan Atkinson interpretando a Johnny English, nadie duda de que abundarán los chistes. "Disfruto con la comedia visual, los movimientos tontos, las caídas", dice el actor, encantado de que JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN esté plagada de caídas y disparates.

"Rowan sabe cómo comunicar con todo el cuerpo y hacer sea parte de la comedia", dice David Kerr. "Solo un loco dejaría de utilizar esto en cada toma".

El ritmo lo es todo. Pensemos, por ejemplo, en la escena en que Johnny English conoce a Ophelia. Nuestro héroe entra en un elegante bar y pide un "Lemming londinense" ante la extrañeza del camarero y de la propia Ophelia. Siempre en su papel de educado hombre de mundo, alza su copa para brindar por Ophelia, bebe un sorbo y la sombrilla se le mete en la nariz. Ahora bien, conseguir que una sombrilla de cóctel se meta en la nariz requiere muchas horas de ensayo y puede ser un proceso doloroso, pero si le ocurre a Rowan Atkinson es hilarante.

"El público reacciona a la forma de moverse de un actor, a su aspecto, a cómo reacciona físicamente, a una sonrisa, y Rowan es un maestro", dice David Kerr. "Sabe usar la interpretación física y comunicarse sin pronunciar una palabra. Cuando revisamos los temas, buscamos los detalles más ínfimos. También es muy bueno con los diálogos, pero se apoya mucho en la comedia física, da igual que se trate de la supuesta elegancia de Johnny o de su ingenuidad. Son cosas muy sutiles. A veces, al revisar las tomas, se puede pensar que la anterior era idéntica, pero hay pequeños detalles que cambian, que la mejoran".

Uno de los momentos cómicos es cuando Johnny se hace un lío entre las pastillas somníferas y las de energía instantánea. Vestido de blanco para homenajear a Fiebre del sábado noche, se lanza a la pista de baile con las piernas y los brazos moviéndose en cualquier dirección. Conseguir crear el caos es una ciencia muy exacta. David Kerr le pidió a la coreógrafa Litza Bixler, con la que ya había trabajado previamente, que se encargara de diseñar esta secuencia.

Los tres estudiaron la música, el tono y los momentos en que podía exagerarse la comedia física. "Diseñamos una estructura dejando espacios para la improvisación", explica la coreógrafa. "Trabajé con lo que Rowan sabe hacer. No se trataba de conseguir una coreografía exacta, sino de equilibrar la precisión de Rowan con un personaje que no debía ser muy preciso. Rowan es el rigor personificado, todo lo opuesto del personaje".

Rowan Atkinson dice que le recordó a otro de sus personajes: "Es muy probable que Mr. Bean bailara así, pero en este caso la excusa es que Johnny English está drogado... Se ha tomado una pastilla totalmente legal en su profesión, lo que no impide que esté en una nube. Por lo tanto, Johnny English puede hacer algo totalmente inesperado".

Son solo unos pocos ejemplos de los muchos que harán morirse de risa a los espectadores de JOHNNY ENGLISH: DE NUEVO EN ACCIÓN. Desde llevar a sus alumnos a un ejercicio en el bosque, a trepar por el exterior del yate de Volta con botas magnéticas, hacerse pasar por un camarero y la secuencia de realidad virtual, hay un sinfín de posibilidades perfectamente adaptadas al genio cómico innato de Rowan Atkinson. "Su comedia física divierte a todos, da igual de qué generación sean", dice Tim Bevan. "Su cara y su cuerpo son totalmente elásticos y se prestan a este tipo de comedia. Lo hace mejor que nadie".

Johnny English entra de nuevo en acción... gracias a Rowan Atkinson.