Musicalia > Arcade Fire > Biografía
Destacado: 'Todo es posible en Navidad' para David Bisbal
Arcade Fire

Ellos son: Regine Chassagne, Richard Reed Parry, Win Butler, Tim Kingsbury, Sarah Neufeld, Will Bubler y Geremy Gara.

Canadienses debutan a mediados del siglo XXI con su Funeral, un álbum con enorme reconocimiento de la crítica musical internacional. Sobre todo por Wake up, uno de los temas referencia ya del siglo XXI.

En 2007 llega el segundo álbum Neon Bible, con temas como Black Mirror y Keep The Car Running.

Los Arcade Fire pasaron la mayor parte de 2006 metidos en una pequeña iglesia de una pequeña ciudad a las afueras de Montreal. Estuvieron grabando su segundo álbum, Neon Bible. Fue un año lento en general.

Los dos años anteriores habían sido bastante frenéticos. Funeral, su primer álbum, se publicó en septiembre de 2004. En el momento en que salió, Arcade Fire se vieron inmersos en una corriente de actividad que no dejó muertos pero sí varios heridos. A mucha gente le encantó Funeral. Las críticas fueron de lo más positivas, desde la prensa local de Montreal hasta artículos en el New York Times.

También los conciertos fueron excelentes. En 2004 los Arcade Fire estuvieron tocando en pequeños locales llenos a rebosar con 100 o quizás 200 personas. Después de que saliera Funeral, el tamaño de los conciertos fue aumentando lentamente. Mucha gente disfrutaba con sus conciertos. Se podría discutir probablemente que los conciertos en directo eran mejores que el disco. Que no se me malinterprete, el disco era verdaderamente bueno. Pero también lo eran los conciertos en directo. A finales de 2005, los Arcade Fire estaban tocando en grandes locales llenos a rebosar con miles de personas, en conciertos cuyas entradas se agotaban en cuestión de horas. Todo esto era un poco abrumador, pero no extraño.

A los Arcade Fire les sucedieron cosas agradables pero extrañas durante todo el 2005. Tocaron una canción de Talking Heads con David Byrne en uno de los conciertos de la banda, y luego hicieron de teloneros de él en la Hollywood Bowl. Consiguieron actuar con David Bowie, en concierto y en la televisión nacional. Consiguieron ir a Japón, Suecia y Brasil. Consiguieron interpretar una versión poco ensayada de "Love Will Tear Us Apart (Again)" con U2. De modo que con todo ello, cuando el año tocaba su fin, los Arcade Fire estaban más que cansados. Felices y satisfechos sí, pero cansados de verdad.

Terminado un año de intensa gira, ellos sólo querían sentarse y escribir canciones. Y luego grabarlas. De modo que encontraron una iglesia a las afueras de una pequeña cuidad y la convirtieron en un estudio. Llevaron allí todos sus amplificadores e instrumentos, pusieron unas bonitas cortinas, llenaron la nevera y se instalaron. No tenían prisas.

Sabían que estaban trabajando en un álbum, pero no sabían cuánto tardarían, ni cómo se llamaría, ni qué canciones contendría, ni qué instrumentos tocarían en las canciones. Aunque sabían que lo producirían ellos mismos—tenían demasiados planes musicales en sus mentes para que alguien de fuera pudiera controlarlos. Así que encontraron a unos grandes ingenieros para que hiciesen realidad esos planes musicales—Markus Dravs (Bjork, James, Brian Eno) y Scott Colburn (Sun City Girls, Animal Collective).

Lentamente las canciones fueron surgiendo. Encontraron un enorme órgano de tubos en una gran iglesia de Montreal y lo grabaron. Llevaron baterías de acero y sintonizadores. Consiguieron un ‘hurdy-gurdy’ (chifonía). Llamaron a sus amigos para que les ayudaran: Martin Wenk y Jacob Valenzuela, músicos de viento de Calexico, vinieron para colaborar en una canción. Hadjii Bakara de Wolf Parade añadió algunos sonidos extraños. Owen Pallett, Final Fantasy, ayudó a orquestar (como hizo en Funeral). Pietro Amato y sus compañeros de los instrumentos de viento añadieron algo de metal. Y además de todo esto, la banda tocó su música. Tocaron las canciones que iban a ir en el álbum. Tocaron las canciones que no irían en él. Tocaron versiones. En realidad todo quedó muy bien.

Todo ello les llevó un año. La banda trabajó y tocó y trabajó, y en la Navidad de 2006 llegaron al final de las grabaciones. Neon Bible estaba lleno de rápidos deslices punk rock y de instrumentos de viento de madera meticulosamente orquestados, cuerdas procesadas y mandolina, tranquilos redobles y redobles estrepitosos. Pero principalmente son once canciones que la banda cree que son buenas. Y que podrían ser de algún interés público. Así que adelante con el 2007.