El hombre orquesta

El hombre orquesta es el segundo álbum de Candy Caramelo como artista principal.

"[...] Nuestro Brian Setzer local se acuesta en una ‘Cama de clavos’ que vuela entre Madrid y Baires, en la siempre deseable compañía creativa de unos cuantos inspirados y talentosos argentos. Enhorabuena, amigo" - Miguel Ríos

"[...]Letras urgentes que van de cara sin vuelta de hoja. Rocanrol al cuello. Da gusto escuchar "El hombre orquesta". Candy va sobrado. Pasen y beban" - Leiva

Como primer single Cama de clavos.


Comentario de Álex Meléndez 'El Zurdo'
Candy Caramelo regresa con 'El hombre orquesta' un título además literal, pues todos los instrumentos que aparecen en el disco los ha grabado él.

Como buen aficionado a los retos, siempre tuvo la ilusión de grabar un disco solo, sin prisas, disfrutando de cada etapa, sacando lo mejor de si mismo y dándole rienda suelta, a esa necesidad constante de crecer. Su idea al afrontar las sesiones, era darle más importancia a la expresividad que a la ejecución minuciosa del instrumento, que fueran todos reales y ante todo, sin la perfección ni los retoques digitales tan en boga actualmente, buscando siempre la esencia de lo analógico, como se hacían antes los discos.

Caramelo juega en casa, cuando se trata de la música de los cincuenta, la asimilación y la fluidez con que habla su lenguaje, inyectan de autenticidad cada surco, sorprendiendo su aterciopelada y contundente voz y esa guitarra tan estremecedora que hay que reivindicar.

Todos los instrumentos están grabados en su propio estudio Cadyland-Rock, a excepción de las baterías, grabada en los estudios Cata y los pianos en La Cabaña, aprovechando un gran Steinway a antiguo que a Candy le encanta tocar. La mezcla y el mastering, tras ejercer de productor y técnico de sonido el mismo, decidió delegarla en manos de su amigo y gran profesional, José Nortes, para que el resultado final en cuanto a sonoridad tuviera una visión externa.

Un trabajo totalmente artesanal, cuidando hasta el detalle, el fondo y la forma de cada uno de sus doce cortes, la calidad y la excelencia en el sonido, hacen del conjunto un todo inquebrantable, donde la guinda del pastel, la ponen las colaboraciones en los textos, con letras del propio Candy, y maestros como Andrés Calamaro, Andy Chango, Sergio Makaroff y Ariel Rot - entre otros- un explosivo coctel musical de Swing, Rockabilly y mucho Rock&Roll, todo un hombre orquesta y un artista con mayúsculas.