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Cine

Cinco películas de Robert de Niro para ver en un fin de semana largo

30/09/2025 | 23:04 CET2'

Robert de Niro es una leyenda dentro del cine y su amplio repertorio es digno de disfrutar un fin de semana largo. Se trata de un verdadero camaleón de la actuación capaz de encarnar la brutalidad más descarnada y la vulnerabilidad más conmovedora con una verosimilitud que trasciende la pantalla. Dentro de su amplio repertorio, Robert de Niro también ha realizado comedias y ha cedido lugar a otras estrellas para asumir roles más coprotagonicos. Su legado, forjado a lo largo de más de cinco décadas, está plagado de interpretaciones icónicas que han definido y redefinido el arte de la actuación.

Seleccionar únicamente cinco gemas de una corona tan cuajada de joyas es casi una odisea. Sin embargo, las películas elegidas ofrecen un abanico de sus inmensas capacidades y son una clase magistral de transformación y entrega. Prepárense para ser testigos de la metódica construcción de leyendas, de la inmersión total en el alma de sus personajes, un festín cinematográfico para cualquier cinéfilo que se precie.


Casino
En "Casino", la tercera colaboración de De Niro con el maestro Martin Scorsese, nos encontramos con Sam "Ace" Rothstein, un personaje inspirado en el corredor de apuestas Frank Rosenthal. Su actuación es un ejercicio de contención y control, la de un hombre que cree poder dominar el caos inherente de Las Vegas, entre mesas de póker y baccarat. La obsesión por el detalle de Rothstein era tal que, según se cuenta, De Niro insistió en que los cigarrillos que utilizaba en cada escena mantuvieran exactamente la misma longitud para no romper la continuidad.

Gran parte de los diálogos con Joe Pesci, que interpreta al impredecible Nicky Santoro, fueron improvisados, una muestra de la química y la confianza ciega entre ambos actores bajo la batuta de Scorsese. El resultado es un retrato hipnótico y brutal del ascenso y la caída de un imperio.


La Misión
Alejándose radicalmente de los gánsteres y las calles de asfalto, "La Misión" nos muestra a un De Niro en un registro completamente diferente, demostrando su asombrosa versatilidad. Aquí interpreta a Rodrigo Mendoza, un mercenario y traficante de esclavos del siglo XVIII que, consumido por la culpa tras matar a su propio hermano, busca la redención a través de una penitencia brutal, uniéndose a los jesuitas en su labor evangelizadora en la selva sudamericana.

El rodaje, en las espectaculares cataratas del Iguazú, fue una auténtica odisea. De Niro, en un alarde de compromiso físico, cargó personalmente con una pesada armadura y armas a través de terrenos escarpados y peligrosos. Se dice que el actor pasó semanas con el director Roland Joffé y el sacerdote jesuita Daniel Berrigan, asesor del filme, para comprender la profundidad espiritual y el conflicto interno de Mendoza. Su transformación de un hombre violento y cínico a un defensor de los indígenas guaraníes es una de las más conmovedoras de su carrera.


El Padrino Parte II
Asumir un papel que ya había sido inmortalizado por Marlon Brando, y que además le había valido un Oscar, era un desafío monumental. Sin embargo, en "El Padrino Parte II", Robert de Niro no solo estuvo a la altura, sino que cinceló con maestría los años de juventud de Vito Corleone. Para prepararse, De Niro se sumergió en la cultura siciliana, viviendo en la isla durante meses para aprender el dialecto y absorber las tradiciones. Su interpretación es un estudio de la quietud y la observación; a través de su mirada, vemos forjarse a un futuro Don, un inmigrante que, por necesidad y astucia, se abre paso en el submundo de la Nueva York de principios del siglo XX.

La dedicación de De Niro fue tal que estudió minuciosamente la interpretación de Brando para capturar sus gestos y su cadencia, creando una continuidad perfecta en el personaje a lo largo del tiempo. Su actuación le valió el Oscar al Mejor Actor de Reparto, convirtiéndose, junto a Brando, en el único dúo de actores en ganar el prestigioso premio por interpretar al mismo personaje.


Taxi Driver
"¿Me hablas a mí?". Esta frase, improvisada por De Niro frente al espejo, se ha convertido en un icono cultural, un símbolo de la alienación urbana y la psicosis latente. En "Taxi Driver", volvemos a encontrarnos con la dupla Scorsese-De Niro en su máxima expresión. De Niro es Travis Bickle, un veterano de Vietnam insomne y solitario que conduce su taxi por las sórdidas calles de un Nueva York nocturno y febril.

Para construir este personaje, el actor obtuvo una licencia de taxista y trabajó turnos de 12 horas durante un mes, empapándose de la atmósfera y la fauna de la ciudad.


Toro Salvaje
Considerada por muchos como su obra cumbre, "Toro Salvaje" es el testimonio definitivo de la entrega total de Robert de Niro al arte de la interpretación. Para encarnar al boxeador Jake LaMotta, el actor se sometió a una de las transformaciones físicas más extremas jamás vistas en el cine. Primero, desarrolló una musculatura formidable, entrenando con el propio LaMotta hasta el punto de participar y ganar dos de tres combates de boxeo reales en Brooklyn. Durante el rodaje, en una escena de lucha con Joe Pesci (que interpretaba a su hermano Joey), De Niro le rompió una costilla accidentalmente, un reflejo de la intensidad que ambos imprimieron a sus papeles.